LA gran final del certamen gastronómico que ha cumplido este año su vigésimo primera edición, dejó un gran sabor de boca, nunca mejor dicho, tanto en el jurado con en el público asistente que pudo probar los platos durante los tres días en los que se ha desarrollado.

Tras dos jornadas en las que los cocineros tuvieron que elaborar una marraná de pulpo y un pollo al ajillo como platos únicos, la final dejaba a la imaginación de los participantes la preparación que tenían que presentar. Tan solo con una salvedad, el postre de su menú debía ser unos buñuelos, tan típicos de los puestos callejeros del Recinto Ferial.

Los seis participantes han preparado, respectivamente, Silvestre Torres Prieto, rabo de todo; José Manuel Vargas Fernández, fideos con pescado; Isabel Fernández Bisbal, michirones (habas secas); María del Mar Núñez Oña, picadillo de calabacín; Rafael López Marín, arroz meloso con cigalitas; y María del Carmen López Moreno, arroz negro con rosas de jamón y ajetes. El ganador, Silvestre, explica que "la clave ha sido una cocción lenta, bastante verdura y el uso de un buen vino". Un apasionado de afición, que en la conciliación familiar, él prepara la comida a diario en el hogar.