Finanzas

Los acuíferos del Poniente, aumento de costes e incertidumbre sobre su gestión

  • Patricia Domínguez, del Instituto Geológico y Minero de España en Almería analiza en qué punto se encuentran y cuáles son las medidas correctoras, de gran "complicación técnica"

Los acuíferos del Poniente vienen abasteciendo a casi la totalidad de la agricultura de esta zona y a sus núcleos urbanos desde que empezó su transformación, y a Almería capital, con unos 140 millones de metros cúbicos al año (frente a un valor medio anual de unos 10 aportado por el Embalse de Benínar desde 1987). Así lo explica Patricia Domínguez, geóloga del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en Almería, que analizó en qué punto se encuentran los recursos hídricos de esta zona de la provincia a través de su ponencia 'Estudio del acuífero del Poniente almeriense', que ofreció el pasado 28 de enero, en el marco de las XXIX Jornadas Técnicas organizadas por la cooperativa Consumomar, cuyas claves ha facilitado a Diario de Almería.

Patricia Domínguez desgrana el estudio que se ha realizado a esta zona durante más de cuatro décadas acerca de dichos acuíferos y explica que el descenso del nivel del agua a cotas menores que la del mar, por el excesivo bombeo, viene provocando la entrada de agua marina en casi todos los acuíferos, la cual sólo puede producirse por la costa de Balanegra y de Aguadulce-Roquetas de Mar. "Esta salinización progresiva, iniciada ya en 1980, continuará mientras exista el desnivel hidráulico entre el mar y el agua dulce de los acuíferos con él relacionados. También entre las áreas aún dulces de los acuíferos, que siguen explotándose, y las ya salinizadas en las que su nivel asciende al dejar de bombearse".

Las características de estos procesos de salinización se fueron conociendo y difundiendo con la investigación histórica realizada por el IGME desde los años 80. "Inicialmente fueron rechazadas o ignoradas, aunque más tarde fue creciendo su comprensión al comenzar el abandono de sondeos ya salinizados, lo que ha ido sucediendo hasta la fecha y continuará produciéndose de mantenerse dichos desequilibrios hidráulicos. Con los últimos avances en la investigación realizada entre 2008 y 2011, se ha constatado su avance generalizado, que empieza a afectar a captaciones del sector occidental (en el principal acuífero por el agua que almacena) y de las dos áreas de bombeo aún dulces de su sector oriental, en el acuífero con mayores entradas por precipitación. Estos últimos trabajos se realizaron dentro de la Fase I de un Programa de apoyo a la sostenibilidad de los acuíferos de la zona (definido en 2006 a petición del Instituto del Agua de la Junta de Andalucía -IAA- al recibir la trasferencia de la Cuenca Sur) como apoyo a su Plan de Ordenación. La ejecución de esta Fase I resultó de la colaboración de las Administraciones responsables de su gestión (IAA, asistido por Acuamed) con el IGME, y el apoyo de usuarios (JCUAPA)", destaca Domínguez.

La situación evoluciona a niveles cuya corrección implica mayores complicaciones técnicas, aumento de costes e incertidumbres, lo que requiere difíciles decisiones de gestión. Las dos alternativas extremas serían: "Por una parte, mantener el estado actual de inexistencia real de medidas correctoras, con lo que continuará la tendencia creciente de salinidad del agua bombeada, lo que equivale a un 'uso minero' de estos acuíferos. La alternativa contraria consistiría en decidir, como objetivo de gestión, protegerlos (al máximo técnicamente posible) para conseguir el mínimo progreso de la salinización, lo que precisaría actuar en tiempos ya muy cortos (difíciles de alcanzar y de evaluar con las redes de observación disponibles)".

El organismo de cuenca (responsable por Ley de la planificación y gestión de los recursos hídricos) inició en 1995 el proceso de elaboración del Plan de Ordenación de la zona que incluye a estos acuíferos. La norma de control con el seguimiento oficial establecido de la "masa de agua" que integra al complejo conjunto de acuíferos del Campo de Dalías (según la muy contrastada investigación del IGME) viene resultando inadecuada para los mismos: la observación rigurosa de esta norma ha venido bloqueando la aplicación de medidas tendentes a retardar o evitar la destrucción de sus zonas de explotación aún dulces, señala.

En caso de adoptarse por los responsables de la gestión y los usuarios una alternativa de conservación de parte de las áreas aún dulces de estos acuíferos, y de acuerdo con lo requerido a la citada Fase I del Programa, se continúan proporcionando orientaciones, con prioridades, para su análisis y discusión bajo los puntos de vista oportunos, apunta Patricia Domínguez.

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