el personaje

Pionero del Levante en residuos agrícolas

Al caminar entre invernaderos por la zona del Levante almeriense no es raro encontrar contenedores con un nombre, 'Ortega'. Su propietario, Juan José Ortega Moreno, tiene 300 repartidos en diferentes puntos de producción agrícola de la provincia. A lo largo de los 40 años de trayectoria de su empresa, Autogrúas Ortega, ha sabido reciclarse y ofrecer diferentes servicios enfocados a cubrir las necesidades que iban surgiendo. De transportistas de hortofrutícolas en fresco pasó al otro extremo, el transporte de restos vegetales desde las explotaciones invernadas a los centros de gestión.

En su día Ortega supo ver el filón y se convirtió en "pionero" de esta actividad en la zona del Levante, como él mismo afirma. "Yo fui el primero que empezó en la zona y después empezó a surgir más gente". El empresario recuerda los 'años dorados' que transcurrieron en el intervalo 1997-2002. Desde entonces "ha bajado totalmente el trabajo".

Ahora "las cuentas no salen". El año pasado su facturación descendió un 10%. De los doce empleados que tenía en nónima su empresa ha tenido que quedarse con solo cuatro en el giro de pocos años y se hace imposible renovar la flota. De hecho, tiene parados varios de sus siete camiones porque no hay suficiente actividad como para mantenerlos activos.

La crisis, cuenta, se está cebando no solo con el agricultor, sino con el resto de industrias afines. "La única solución que yo veo es que le den vida al productor. Si no hay facilidades, con la crisis que hay, no solo ellos pierden, perdemos todos".

Ya ni recuerda cuánto ha invertido en su empresa. Para echar cuentas necesita hacer muchos números. Tiene ocho camiones, alguno de ellos, el más antiguo, le ha dado "tantos tormentos como dinero". Se resiste a deshacerse del viejo Pegaso. Aún funciona a pesar de sus tres décadas de vida y de los kilómetros recorridos. En su día fue "una cabeza de tráiler".

Cada container de los 300 que tiene le cuesta una media de 3.000 euros y además cada cierto tiempo requieren de mantenimiento. Y es que, aunque lleven residuos vegetales, deben limpiarse para evitar la contaminación de más plagas.

Además del transporte de basura orgánica Ortega complementa su actividad con los transportes que le soliciten. Las faltas de trabajar no faltan, lo que falta es dinero en las empresas. Cuenta que muchos productores agrícolas se ven obligados a pagar con un retraso incluso de meses y, ante esta tesitura, los transportistas no pueden incrementar sus tarifas y adecuarlas a la subida de los insumos, lo que provoca un descenso aún mayor de rentabilidad de su actividad.

"Yo llevo cuatro años cobrando lo mismo por porte y el precio del gasoil no deja de aumentar, ha subido de 0,90 euros a 1,40". Para Ortega esta campaña está siendo un "desastre" en el sector del transporte. "Prácticamente no trabajamos". Si la cosa no mejora "solo nos queda cerrar la puerta. Qué vamos a hacer".

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