Cultura

Adamo desata el delirio entre el público con sus canciones de amor

  • Cerca de 900 personas se dieron cita el sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar para disfrutar de un concierto de dos horas del cantante italiano

Fue una noche llena de recuerdos la que vivió el público que se dio cita el sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. En el escenario un artista de leyenda, el italo-belga Salvatore Adamo. Hablar de este cantante es hablar de una especie de mito que aunque han pasado los años desata pasiones entre las mujeres y obtiene el reconocimiento de los hombres. Hizo un concierto redondo donde interpretó los temas del ayer y también hizo algunos temas más nuevos y menos conocidos para el gran público, como los que se incluyen en su último álbum, La part de l´ange.

Roquetas de Mar era su última parada en esa minigira que le ha llevado hasta siete ciudades españolas. Desde el primer momento del concierto, se dio la comunicación entre el cantante y el público. Se preveía a tenor de la edad de la mayoría del público que iba a ser un concierto para recordar. Y realmente lo fue porque Adamo se entregó en todo el recital, que no tuvo apenas pausas. Detrás de una canción llegaba otra.

Nada más comenzar el concierto, Adamo hizo una referencia a la Eurocopa de Fútbol. "Quiero que el domingo gane España, porque yo que soy italiano, y así siempre podré decir que Italia perdió ante el campeón".

A lo largo del recital fue alternando canciones antiguas con otras más recientes. El público poco a poco fue entrando en calor, hasta que llegó el tema Un mechón de su cabello. Fue el momento del griterío, el fomento en que las mujeres le gritaban guapo.

El cantante que más canciones ha cantado al amor con una voz melosa y algo cansada, dejó a todos boquiabiertos en dos horas de concierto. Luego llegó Mis manos en tu cintura, Cae la nieve o En bandolera. Acostumbrado a alternar español, italiano y francés en sus grabaciones, en esta ocasión, el repertorio tuvo claramente acento español. Muchos recordaron el sábado los bailes en guateques al son de Ella, Las chicas de la playa o Tu nombre.

Salvatore Adamo (1943), que ha compuesto a lo largo de su trayectoria artística más de 450 canciones, aún se sorprende cuando la mayoría de sus letras siguen siendo vigentes, caso de Inch´allah, que analiza el conflicto de Oriente. "¿Cuándo conseguiremos hablar de paz?", se preguntó para a continuación hablar de personajes más actuales. "¿Quién no está enamorado de George Clooney?", ironizó antes de entonar, en compañía de su violinista y saxofonista Fanny el tema Ce George.

El final fue apoteósico con Adamo cantando temas como Felicidad, Arroyo de mi infancia y Ay Mamá. Quiso agradecer al público su presencia en el Teatro Auditorio, y dio las gracias a Roquetas por haberlo acogido en este último concierto de la gira.

Con los bises el público se desató y abandonó sus cómodos asientos para bailar con Mi gran noche, canción que en España también popularizó Raphael. Al final, todos querían pedirle un autógrafo. Mucha gente del público revivió otros años más jóvenes. Durante dos horas se sintieron como si tuvieran 20 años.

La última canción de la noche Mi gran noche se cantó con el público puesto en pie. Nadie quería moverse del Teatro Auditorio. Hubo hasta un grupo de gente que salieron de sus asientos y se fueron a pie de escenario para poder darle la mano al cantante. Fue la guinda a una gran noche de buenas canciones.

Hay que reconocer la entrega de Adamo, que llegó a cantar 29 temas. En todo momento agradeció al publico la fidelidad y sobre todo el apoyo durante tantos años. En el patio de butacas había personas llegadas desde otras provincias españolas.

Tampoco quiso perderse este concierto único, el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat que estuvo acompañado de su esposa María. Justo al lado estaba la concejala de Cultura, Eloisa Cabrera y Juan Ibáñez, el coordinador de exposiciones que se lo pasó en grande con Adamo.

Todos salieron contentos. Muchos se dejaron las manos aplaudiendo al cantante. Y es que hubo tanta conexión con el publico que muchos no podían creer que estuvieran ante Adamo. Fue maravilloso. Valió la pena.

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