Saltó a la fama de todo el mundo a raíz de su papel en Fresa y chocolate que, aprovechando los actos que se celebran en Madrid bajo el patrocinio de Havana Club 7, hoy se reestrenará bajo la mirada de su protagonista, Jorge Perugorría. Defensor a ultranza de sus tierras cubanas, en las que reside con su esposa y sus cuatro hijos, ha aprovechado su fugaz visita a España -se marcha mañana domingo- para mostrarnos algunas facetas de su vida menos conocidas. Caballeroso y con gran sentido del humor, se desvela como todo un padrazo.

-A muchos artistas, algunos trabajos -como podría ser en su caso Fresa y chocolate- les persiguen toda la vida. ¿Es una carga?

-Sí, pero, realmente, es una historia que no ha envejecido y está vigente. Habla de la tolerancia en cualquier país y ese es un terreno en el que queda mucho por hacer.

-¿Cuántas veces la ha visto? ¿Lo recuerda?

-No, lo he olvidado (risas). Ten en cuenta que fue un estreno mundial, la primera vez que un rodaje cubano lograba esa proyección.

-Y descubrió que, además de gustarle a las mujeres, gusta a los hombres.

-(Risas) El personaje de Diego es encantador, atractivo y maravilloso. Tanto ellas como ellos estaban locos por él.

-Después, habiendo podido hacerlo, prefirió permanecer en su tierra…

-Encontré en Cuba lo que muchos buscan fuera: poder mantenerme de mi profesión. Escogí el camino del cine cubano y otro tipo de producciones de autor en Europa y Latinoamérica ya que, residir allí, es incompatible con la industria americana. .

-¿Nunca le tentó la idea de dedicarse a la política?

-También me dedico a la pintura y, a partir del 28 de este mes, voy a dirigir un proyecto llamado Afinidades con Vladimir Cruz, mi compañero en Fresa y chocolate. Se basa en un texto de Reinaldo Montero. Lo producirá Antonio Gijón, un andaluz de Málaga.

-Todo eso sin descuidar su faceta privada.

-Mi vida gira en torno al trabajo y a mi familia. Con mis hijos inventamos muchas cosas en relación a la música y, de hecho, tres han tomado ese camino. El mayor actuará en Madrid con su grupo. Tiene 20 años...

-Son casi hermanos…

-(Risas) Tengo 44… Una edad complicada en la que uno se plantea si tiene sentido lo que haces.

-¿Qué le parece a su familia tener un padre tan admirado? ¿Provoca celos conyugales?

-Es parte de este mundo. Ella también es actriz y, por lo tanto, lo conoce.