Con una puesta en escena sencilla, pero con un texto bien acoplado a los personajes, la compañía Tenemos Gatos completó la naranja de su representación con una obra que mostró las relaciones personales en estado puro, sin tapujos y con el acierto de que muchos de los asistentes se sintieran identificados.

Mientras que el público se situaba en las butacas del Teatro Municipal, la actriz de la representación de La naranja completa Cristina Rojas se encontraba sentada en una butaca. Los minutos pasaron con una música de fondo y el actor de la obra, Homero Rodríguez, también entró a escena.

Después de unos segundos de espera, las luces del Teatro Municipal se apagaron y la iluminación se centró en el escenario donde se encontraban los protagonistas que daban vida a la obra.

Homero Rodríguez se puso su delantal de camarero como capa y comenzó a recitar unos versos. Cristina Rojas se acerca a él y le pregunta si es actor, a lo que le responde que ha realizado un anuncio para el Carrefour y de esta forma comienza el flirteo. La protagonista cumplía 30 años y el camarero quería sexo de una noche.

En la obra se dejaban mensajes claros de las relaciones de las personas en una edad concreta y las intenciones eran más claras conforme más años tenía esa persona.

En cuanto cambiaban las escenas, también variaba la música.

Los tipos de pareja ideales también se presentaron en la obra La naranja completa. La protagonista femenina señalaba que le gustaba los hombres sensibles pero que le den caña en la cama, pero todo este diálogo realizado en la obra bajo el prisma del humor.

Algunos de los aspectos que se contaron en la representación con las carcajadas de los asistentes de fondo eran las formas de ligar o de poner un condón, el momento de ser madre, la primera vez que hicieron el amor, ligar por internet y sus consecuencias...

Tanto Cristina Rojas y Homero Rodríguez consiguieron enganchar al público con la relación que tuvieron sobre el escenario. Cómo se sucedían las distintas etapas y cómo transcurría la relación eran dos de las cuestiones que siguieron los asistentes en el Teatro Municipal.

Al final, completan la naranja de su relación. Las risas no pararon de sonar durante toda la representación de Tenemos Gato y los dos actores consiguieron ellos solos llenar el escenario con un diálogo chispeante.

Una forma real de ver las relaciones personales sin tapujos, sin censuras y con grandes dosis de humor.