UNA vez más, el marketing lidera mi escrito. Que conste, no tengo nada contra nadie. De hecho, no sé quién es el responsable que deja agonizar la imagen del club. La cifra de abonados que han renovado me parece aceptable, pero siempre faltan esos tres o cuatro mil de más que Alfonso García reivindica. A la bartola o sin capacidad alguna de generar ideas, no se consigue nada. Aprovechando la cantidad de locales que, por desgracia, se mueren de risa en el centro de Almería, se podría haber buscado un acuerdo con el propietario de alguno de ellos para ocuparlo por tres meses. Resulta obvia la probable compensación. Sin embargo, es posible que desde el club se alegara lo siguiente: los que quieren ser abonados se desplazan, con calor y dependiendo de un medio de transporte, a las oficinas del estadio. Pero yo les contestaría: señores, hay que ir a por los indecisos, los que suelen decantar las elecciones políticas, y a por los más cómodos, a ver si un día "chocan" con la sede. Para eso, hay que abordarlos y exponerles las ventajas y las facilidades que conlleva su aportación, aludiendo también, por qué no, al orgullo almeriense. Además, un puerta a puerta por las empresas se hace, pese a la crisis, más que necesario. No me extraña la pasividad actual al navegar por la web del club, la que exporta nuestra imagen a todo el mundo: en su cabecera siguen de rojiblanco Alves y Vargas (sin ficha); no existe un esquema de la plantilla actual; del filial, ni siquiera durante toda la campaña anterior; los resultados y la clasificación siguen siendo de Primera; las equipaciones, las del pasado año. La eterna novedad es Bisbal (nada que objetar al cantante, almeriense de pro). ¡Con la cantidad de personas con ganas e ideas que hay en el paro!