graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

¿Quién fue el visionario?

LLEGADOS a este punto se debería dar a conocer, con celeridad, el nombre de la persona que se fijó o recomendó a Aleix Vidal. Primero para aplaudirle y segundo para animarle a que nos sorprenda otra vez. Hasta le podemos hacer un homenaje, pero que sea para el que lo trajo de verdad. Lo de este jugador no tiene nombre. El pasado domingo frente al Valladolid casi culmina un par de jugadas colosales, con penalti incluido en una de ellas. Anoche, una sola escapada de las suyas valió un eliminatoria de Copa. Sí, estaba fresco, pero eso sólo lo hacen los grandes; su potencia y su velocidad son de superior categoría, a la espera de que mejore su precisión, la que precisamente tuvo en el balón que le sirvió a Soriano. Normalmente, un buen postre suele quitar el mal sabor de boca de un nefasto banquete, como el de ayer. El partido fue lamentable, al unísono de una competición que llega a molestar a la mayoría de los clubes. Algo debe cambiar, algún incentivo se podría incluir para que la Copa, nada menos que la del Rey, no agonice de la forma que lo está haciendo. En cualquier caso, hay que adaptarse a lo que tenemos y sacar conclusiones positivas y negativas de nuestro equipo. Algo se confirma jornada tras jornada: el Almería vive en la zona alta gracias a varios futbolistas que, como ocurrió en la anterior eliminatoria, volvieron a sacar las castañas del fuego. El caso más flagrante lo tenemos en la delantera; hoy por hoy, Goitom no está preparado para ser el delantero centro que necesita un conjunto con ciertas aspiraciones. Ni siquiera delantero a secas. Por el contrario, Jonathan dejó pinceladas interesantes. Ortiz Bernal está lejos de su mejor forma y a Omar se le ve todavía en los albores de su recuperación. Eso sí, que nos toque un grande, y adiós muy buenas.

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