AYUNTAMIENTOS, Diputaciones, Asociaciones empresariales, Cámaras de Comercio y representantes del tejido productivo de las provincias del litoral mediterráneo español están uniendo sus voces para reiterar al Gobierno la necesidad de lograr del Comisario de Transportes y del Director de las Redes Transeuropeas de UE, el compromiso firme de realización de todas las inversiones previstas en el Estudio sobre el Corredor Mediterráneo, incluyendo el tramo por la costa entre Almería y Algeciras. Y todo ello en el plazo previsto de 10 años y con respeto a la compatibilidad de mercancías y alta velocidad. Como alcalde de Almería, entiendo que una de las voces más firmes en este empeño colectivo ha de ser precisamente la nuestra, porque nuestra provincia, por su configuración geográfica y por su mapa económico, no puede quedarse al margen de esta nueva vía de comunicación, pues ello supondría un factor limitante al crecimiento sostenible del modelo hortofrutícola en el que se basa buena parte de la economía provincial. Almería, que tantas veces en la historia reciente ha visto pasar los trenes de la oportunidad y el progreso por falta de apoyo de las diferentes administraciones, no puede dejar de exigir su necesaria inclusión dentro de este trazado, y no sólo por reparar o restañar viejos agravios, sino por un elemental sentido de la coherencia geográfica y económica. No se puede entender un corredor mediterráneo que no pase por Almería, del mismo modo que no podría entenderse la actividad económica de Almería al margen de un corredor ferroviario. Con sus casi 1.300 kilómetros entre la frontera francesa y Algeciras, es uno de los principales ejes de transporte de la Península Ibérica. Discurre por la franja litoral a todo lo largo de la Península Ibérica, integrando en el mismo, entre otras, a ciudades como Almería, Motril y Málaga y a la conurbación de la Costa del Sol y atravesando las comunidades autónomas de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. Resulta estratégicamente imprescindible que Almería forme parte de este proyecto de comunicación ferroviaria que está llamada a ser la nueva puerta de entrada y salida para el flujo comercial que llega con fuerza desde Asia, EE. UU. y Africa.