YO escribo en caliente, justo después de finalizar el encuentro, pero ustedes leerán este artículo hoy lunes, tras reposar unas cuantas horas durante la noche, y algunos después de la merecida siesta. Reflexionen en frío por favor. ¿De verdad llevó la UD Las Palmas peligro constante a la meta defendida por Esteban? ¿Tenemos la suficiente capacidad, calidad y profundidad de banquillo para solventar los partidos con un par de goles de ventaja, como mínimo? ¿Por cuánta diferencia de goles vencieron en esta jornada dos gallitos de nuestra liga como el Hércules, actual líder, o el gran Valladolid en su propio estadio? Y sobre todo, ¿por qué cometió Acasiete una falta tan infantil como absurda e innecesaria al borde del final del descuento? ¿De eso tiene la culpa Lucas Alcaraz? Más vale que el central peruano se hubiera quedado dormido en algún aeropuerto, porque viendo repetida dicha acción, a uno se le ocurre algo más que una reprimenda. La consecuencia fue que a un equipo como Las Palmas, que llegó en contadas ocasiones, se le concedió una última oportunidad de oro para que lograra un gol de churro como el que hizo. Sí, ha vuelto a suceder, calcado al encuentro frente al Valladolid, porque el día del Girona nos empataron, que a nadie se le olvide, con nuestro equipo muy adelantado. No obstante, yo pondría sobre la mesa la siguiente disyuntiva: o tenemos argumentos suficientes para vencer holgadamente (creo sinceramente que no) o defendemos con cabeza el tesoro logrado, como es un gol en una categoría tan igualada. Ojo al dato, sólo el Hércules ha encajado menos goles que el conjunto de Alcaraz. Los que menos tantos reciben son los que al final ocupan los primeros puestos. Repasen estadísticas. Yo creo que ayer influyó más la mala suerte que otra cosa.