QUIENES me siguen con regularidad, saben que desde el comienzo de la competición he apoyado a Lucas Alcaraz porque ha suturado la herida provocada por Lillo y Oltra, a los que les gustaba jugar con el culo al aire; incluso he llegado a escuchar que quizás soy su amigo, cuando en realidad he coincidido con él una sola vez en mi vida, en Interalmería Televisión. Sin embargo, lo que ayer perpetró Alcaraz se merece más de un calificativo que no debo escribir por respeto y por si hay algún menor que lee este artículo. Ya hizo un movimiento extraño en Villarreal, al colocar a Ulloa y Goitom juntos, en un partido en el que el empate sabía a victoria. Ahora bien, lo de ayer da que pensar; o este hombre se había tomado un Valium antes del choque o estaba escuchando los resultados de las elecciones. Para empezar, el Cartagena es uno de los peores equipos profesionales que he visto en mi vida, desde que con nueve años seguía a la Agrupación. Quizá, los rojiblancos se pudieron contagiar durante la primera parte, pero en la segunda cualquiera pudo ver que Ulloa necesitaba con urgencia un acompañante, ante la acumulación de contrarios en su área. ¿Reacción de Alcaraz? Entrada de Omar por Aarón. Pasable, aunque en realidad se necesitaba un cambio de sistema, no de pieza por pieza. Pero lo más bochornoso, ante el enfado del respetable, vino al final. A falta de tres míseros minutos dio entrada a Goitom y, en vez de quitar un defensa por ejemplo, retira a Ulloa, que aunque estuviera cansado, sí estaba para rematar una falta al menos. Lo que ya resultó una provocación en toda regla, fue el ingreso de Ortiz Bernal rondando el descuento, para quitar a ¡Aleix Vidal! Lucas, ayer te luciste a lo grande, porque una cosa es ser resultadista y otra es tomar el pelo a la afición.