graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

Tres errores impidieron lograr tres puntos

QUÉ pena. En esta ocasión Lucas Alcaraz confeccionó un buen planteamiento en el Mini Estadi, pero los fallos, tanto defensivos como ofensivos, arruinaron la que debía haber sido una victoria fácil ante un rival muy flojo en defensa y con una zaga con escasos centímetros de altura. El extraordinario desgaste físico, al menos valió la pena para lograr un merecido empate, no obstante ciertos detalles minaron la buena y trabajada estrategia diseñada. Los dos errores de Goitom fueron imperdonables. Ya sabemos que nuestro delantero carece de instinto asesino, pero en dos momentos clave del choque, marró dos claras ocasiones. El sueco jugó un buen partido, recuerda por momentos al jugador que encandiló en el Ciudad de Murcia, pero un delantero sin gol es al final como una Almería sin tapas. También Ulloa gozó de otra clara oportunidad, si bien con más dificultad de ejecución. Sin embargo Soriano completó un gran encuentro, no ya por su doblete, sino por sus asistencias, sus tantos y su asfixiante presión. Capítulo aparte merece el tremendo desacierto de Esteban en el segundo gol blaugrana. Por todo ello, da más rabia que el buen sabor de boca final, tan sólo se tradujera en un punto. Es posible que la inclusión de Corona no fuera muy acertada de cara a un partido proyectado para estrangular al filial culé en un terreno de juego con unas medidas bastante reducidas. Quizá, a con ese buen experimento, hubiese respondido con mayor rudeza Verza o, inclusive, Rafita. Visto lo visto hasta ahora, si el presidente no realiza un esfuerzo en el mercado invernal, se podría arrepentir, a no ser que su objetivo primordial no sea el de ascender a la máxima categoría en la campaña con el nivel más pobre que nunca he visto en segunda, al menos desde que yo la conozco.

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