ALFONSO García debe realizar un esfuerzo. Si no lo intenta, los aficionados nunca se lo perdonaremos. Si le echamos un vistazo a la clasificación y repasamos el nivel de la actual segunda división y el de nuestros rivales directos, nadie con una mínima ambición debería desaprovechar la oportunidad. Ahora el Elche es el líder, un conjunto que no se come a nadie y que el Almería vapuleó a domicilio. Claro, quizá el presidente, después de ver el extraordinario rendimiento de Abel y el renacimiento del mejor Goitom, puede que recule y piense que hay suficientes mimbres, pero no conviene olvidar lo largo que es el campeonato en segunda, y más si tenemos que disputar dos eliminatorias para ascender. Dicho esto por enésima vez, el encuentro de ayer dejó claro que la alineación de Goitom, de mediapunta, en compañía de Ulloa, es letal. Hasta ahora Lucas Alcaraz no se había atrevido a colocar al sueco en esa posición, sino de extremo para preservar su inalterable sistema que, en cualquier caso, puede aplicar de nuevo, dependiendo del rival. El flojo contrario de anoche requería el experimento, y bien que lo notó Ulloa, que apenas sudó. El argentino, acostumbrado a fajarse hasta la extenuación, encontró un respiro al tener tan cerca a Goitom, y el sueco se benefició de la obligada vigilancia a la que se vio sometido el máximo goleador de segunda. Frente a otro rival de más entidad, Alcaraz puede variar el sistema (ahí es donde se demuestra los que son grandes entrenadores), pero ayer nos llevamos una enorme alegría al comprobar que se pudo golear sin Soriano, con un ausente Ulloa y un desconocido Aleix Vidal. De todos formas, repito, esperemos que este circunstancia no relaje a nadie, porque lo más duro está por llegar.