LA superioridad física y técnica del Almería se impuso al final, pero sobre todo la ambición, de la que se adoleció en otros encuentros, fue la que ayudó a lograr tres puntos de oro. La situación de ayer era completamente distinta, al ser neutralizado el golazo de Verza tan pronto. ¿Qué hubiese ocurrido si se mantiene durante la segunda mitad la ventaja en el marcador? ¿De nuevo se le hubiera cedido el balón al contrario? Nadie puede adivinar el futuro, pero el hambre que mostraron los nuestros ante el colista se tradujo al fin en una alegría en los últimos minutos. La suerte que le faltó a Aleix Vidal en su anterior etapa en Tarragona, la tuvo anoche en un rebote con bastante fortuna, pero que premia la progresión del extremo catalán que sirvió su venganza en un plato muy frío. Y eso que ayer anduvo espeso, pero a veces aparece la justicia divina. Ahora bien, como indicaba antes, el Almería quiso ante el colista los tres puntos, pero los consiguió atacando, no defendiendo. Mención aparte merece el penalti señalado en contra, que por más que lo veo repetido no alcanzo a ver la voluntariedad y las manos de Carlos García. Vamos, de los que no se pitan. Y ya van unos cuantos en esta temporada. Buena actuación de Verza que, aparte de su gol, distribuyó con acierto el esférico y se fajó con los contrarios en distintas zonas del terreno de juego. Este jugador va a más, y el equipo lo nota. Sin embargo, a Aarón le falta un hervor para disputarle el puesto a sus compañeros en la delantera. Por último, es de esperar que en esta semana no se produzca ningún movimiento extraño con respecto a Ulloa, y que por el contrarío sí lleguen al menos dos incorporaciones. El dinero en el campo, no en el banco.