graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

Alcaraz está yendo a remolque

AL fin Alcaraz introdujo una variante tras el letargo de las últimas jornadas, pero ¿fue la acertada? Me temo que no. El resultado final se puede dar por bueno, excelente, a tenor de lo acontecido durante el transcurso del choque, pero la clave estuvo en la primera mitad. El hecho de salir casi indemnes al término de los primeros 45 minutos, posibilitó la acertada rectificación y posterior reacción, porque pudimos desangrarnos antes del descanso; por fortuna, llegamos vivos al vestuario. ¿Era el día para sacar de la cueva a Juanma Ortiz ante la obligada ausencia de Carlos García? Pues no. ¿Se puede hacer debutar a Trujillo en un encuentro tan importante? Sí, pero quizá no se debe. ¿Cuál es el problema entonces? Que en las últimas jornadas Alcaraz está yendo a remolque de las circunstancias, convocatoria de Abel incluida. Si analizamos al rival, sabemos que el Valladolid tiene una gran virtud: juega al fútbol con mucho sentido. ¿Cómo se podía contrarrestar eso? Anulando su capacidad ofensiva con nuestras armas. ¿De cuáles disponíamos ayer? De una defensa lo más experimentada posible y de nuestra gran cualidad, que no es otra que las llegadas directas a la meta contraria a través de nuestro timón, Leo Ulloa. Sin él, poco podríamos hacer ante conjuntos de la calidad del Valladolid. Si a eso le unimos una mañana más que inspirada de Esteban, el éxito no está asegurado, pero al menos el partido puede ser disputado e igualado como lo fue en la segunda parte. No pretendo insinuar que por culpa de Alcaraz no se consiguió la victoria (repito, el técnico granadino rectificó a tiempo), pero cada choque es diferente, y precisamente el de ayer requería mantener la estructura tan criticada desde estas líneas en varios encuentros recientemente disputados.

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