ANTES de entrar en harina, quisiera reseñar un hecho que denota la falta de iniciativa e imaginación de un club que en un concurso de anti marketing quedaría en segundo lugar. A los diez minutos del partido que disputaba el Córdoba al unísono del nuestro en Gerona, los andaluces ya perdían por dos tantos de diferencia. Este trascendental resultado momentáneo, que hubiese aupado a una descontenta afición y a unos jugadores que en los primeros minutos estuvieron ausentes, se obvió a través del marcador y de la megafonía del estadio hasta el descanso. Nuestro club nada tiene que ver con los Lakers, pero un poquito de lucidez e ingenio no le vendría mal a esta entidad que sigue haciendo el ridículo con el 2x1. En mi último artículo del pasado jueves lo dejé claro: no era el momento de las protestas y sí el de apoyar. Por fortuna, el tiempo me ha dado la razón, ya que siempre pensé que el Almería tenía más calidad que el Alcorcón y que todavía se albergaban mínimas esperanzas si se lograban los doce puntos en juego. No sólo cayó un pírrico Alcorcón con un payaso de entrenador al frente, que todavía debe jugar frente al Valladolid, sino que también lo hizo el Córdoba, que en la última jornada juega ante el Celta en Balaídos, con la posibilidad del ascenso directo de los gallegos en juego. A todo esto, Ortiz Bernal puso en evidencia a Alcaraz y al mismísimo Vigo por no contar con él más a menudo, Jonathan adquirió confianza y Abel Molinero demostró en los pocos minutos que estuvo sobre el césped que sus repetidas ausencias del primer equipo se debieron a la incompetencia de sus técnicos. ¿Llegaremos a tiempo de alcanzar el play off? Veremos, pero por desgracia puede que no.