bajo palio

Rafael L. Aguilera

Camarada poeta

CAMARADA poeta José Luis Capos Duaso que nos deleitó con su delicada y pasional poesía de Estelas de un funambulista imaginario en el Instituto de Estudios Almerienses.

Un poemario ambicioso. Partiendo del idealismo y pasando por el amor, se llega a la duda y a la búsqueda interior o, al vez, la fascinación interior. Comienza en Brumario y acaba en una íntima nebulosa, siendo en el fondo un viaje circular.

¿Cuántas vueltas necesitamos para partir y llegar realmente, para renovarnos, para interrogarnos y para conocernos?

Con un estilo de auténtica literatura, que huye del culto excesivo a la forma, trata de transmitir la realidad en imágenes vivas y dinámicas de la sociedad y del entorno más cercano y a la vez profundo del corazón, la razón y la trascendencia.

Una obra que vuelve a ligar poesía y experiencia vital, de modo que toda lectura sea en lo posible semejante al vértigo de enfrentarse a una hoja en blanco o, dicho de otro modo, enfrentarse a la vida.

En la cubierta del libro una ilustración de Ana Almendros, que muestra desde un rincón de la atalaya de la Alcazaba o de un torreón del Cerro de San Cristóbal una mesa austera de trabajo con los utensilios necesarios para el ejercicio del arte de la palabra, no faltando la taza de café humeante sin cenicero para los fumadores, y una ventana abierta al mar de la vida de las aguas del mediterráneo sur.

Los escritores poetas Miguel Naveros y Juan Herrezuelo expresaron con suma finura cariñosa que los poemas que se recogen en el libro editado por el IEA, son poemas de gran altura y de rigor creativo y filosófico, de gran madurez literaria y sabiduría, y al leerlos más de una vez lo sentimos como algo propio.

"Sentir la vida de los camaradas es ser el camarada de uno mismo" según versos de Gamoneda, y que Juan Herrezuelo con su don de palabra y carisma en la expresión, en esa palabra hecha arte literario, manifestó que en el libro se recoge parte de aquel espíritu de los años ochenta con la Tertulia de la Calle Suipacha, y que hoy revive en su blog Estación Suipacha, basado en la combinación de creación literaria propia y la búsqueda de respuestas en autores de cualquier época y medio de difusión, impregnados con alto grado de sociabilidad y socialización con el recogimiento interior, el silencio, la lentitud, la perseverancia, la amistad.

Este libro pone un broche de oro a la literatura almeriense con la formalización de una trilogía que comenzó con Juan Herrezuelo y Francisco Ortiz de la mano de Miguel Naveros y la música de Juanma Cidrón de aquel programa mítico La escalera mecánica.

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