ECCE Homo, "este es el hombre" o "he aquí el hombre" en castellano, es la traducción que en la Vulgata latina se dio al pasaje del Evangelio de Juan cuando Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea, presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre hostil a la que sometía el destino final del reo. Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!

Nos podría recordar esta secuencia dolorosa e ignominiosa, entre otras instantáneas evangélicas de Almería, al Paso de Misterio de mayor calado por la bulla que le acompaña el Lunes Santo en su Estación de Penitencia por las calles de Almería, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, titular de la cofradía macarena, inclusive, Nuestro Padre Jesús de las Penas de la Cofradía de la Estrella de Regiones Devastadas del Domingo de Ramos.

Ahora bien, una pintura con la expresión del Divino Redentor realizada por Elías García Martínez y restaurado con poco acierto artístico y menos aún místico, por no decir nulo, que se encuentra para su veneración en una iglesia del municipio de Borja, está sirviendo para desplegar un peregrinaje nacional e internacional, sirviendo de jolgorio lúdico en un lugar sagrado para los cristianos, lugar para el culto y la oración, recibiendo visitas que nada tienen que ver con la fe de quienes profesan unas creencias. Por eso no es comprensible que el citado cuadro siga expuesto en el Santuario de la Misericordia.

Elogio la prontitud y celeridad de la respuesta del Centro de Estudios Borjano desde una perspectiva cultural para tu restauración técnica, sí es que puede hacer algo ante ese desastroso retoque dado por una persona inexperta en temas de restauración, que necesita nuestra condescendencia y afecto, pero por otro lado, a quién corresponda se le debería de exigir un grado de responsabilidad deontológico. El citado cuadro debería de haber sido retirado inmediatamente de la audiencia pública y puesto a disposición de las autoridades religiosas o públicas, a quién corresponda su custodia para su restauración como "Dios manda", y qué no forme parte "panem et circenses". Porque al final no sabemos sí detrás de todo este entramado se esconde un valor añadido sinérgico de buscar un rédito turístico u otros a un hecho que se acerca más a una falta o delito tipificado en el propio Código penal.

Y si es desde el punto de vista cristiano, creo que no nos pasa como a otras religiones, que sus templos o sus imágenes son realmente sagradas, y no consentirían que ocurriese algo como está pasando aquí, risas, burlas, fotografías... dentro de un templo, por parte de personas creyentes o no creyentes, ni a nadie se le ocurriría hacerlo en lugares de culto de otras religiones. Creo que tenemos mucho que aprender.

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