LOS estériles debates en torno a la titularidad de un jugador o del once inicial, caen por su propio peso en cuanto entra en escena un técnico con la mentalidad de Javi Gracia. Todo lo que pensé durante el transcurso del partido, lo ratificó el entrenador almeriense en la rueda de prensa tras la goleada de ayer: cada encuentro requiere de un modus operandi diferente al anterior. Si no jugó de inicio Charles es porque se precisaba un juego más directo para salvar la presión del Guadalajara. En otra jornada quizá se prescinda del propio Ulloa o de algún extremo. ¿Por qué no? Siempre he rechazado aquello de tararear de memoria el once inicial. Eso me suena antiguo y poco imaginativo, máxime cuando se cuenta con una plantilla tan competitiva. Ahora bien, lo que sí resulta inalterable es la ocupación racional del centro del campo. Se pincha en hueso duro si nos empeñamos en despoblar la parcela central. Frente al Castilla (que como indiqué hace poco, no era un súper equipo) lo pasamos muy mal y en Sabadell lo sufrimos en carne viva. Sin embargo, ante el Murcia y frente al Guadalajara se le dio más consistencia al corazón de cualquier conjunto, el centro del campo. Por eso, la rotación de jugadores en función a sus características es admisible, mientras que la ausencia de efectivos en determinadas zonas puede resultar fatal. En el plano individual, cobra importancia la oscura labor de Verza en tareas defensivas, a la vez que Trujillo crece a la sombra del ex jugador del Albacete. Los delanteros a lo suyo, con su habitual pegada y capitaneados por Aarón, que se ha unido a la fiesta a tiempo. El único pero es la no convocatoria de Abel, mientras que otros jugadores del filial ocupaban su lugar. Abel es un gran jugador y necesita confianza por parte de su entrenador.