graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

Aleix se reinventa

EL equilibrio que solicitaba Javi Gracia se dejó entrever. Las irrupciones de Soriano, a lo José Mari Bakero, desconcertaron al rival y el sempiterno debate en torno a nuestro centro del campo se aparcó durante gran parte del choque, ya que Casquero y Verza pudieron sentirse más arropados. La velocidad a la que desplazaron el esférico los nuestros durante la primera mitad también pudo tener su explicación: Casquero, antaño denostado, imprimió al juego más brío y precisión que su antecesor en el puesto, y Aleix Vidal fue el verdadero artífice, el filón que genera las jugadas de peligro. Además, el extremo catalán ya no sólo aprovecha su velocidad, sino que sabe habilitar con destreza a sus compañeros en espacios muy cortos. Grande Aleix. Mientras duró la gasolina la máquina, bien engrasada por Gracia, funcionó a tope. Tras el descanso Raúl García anduvo algo atrevido a la hora de defender las incursiones visitantes por su banda y el Murcia lo aprovechó. Asimismo, mediada la segunda parte había que repostar, y ahí es donde volví a discrepar de la política de cambios. Carlos Calvo lleva unas jornadas desaparecido, aunque ayer al menos lo intentó. Por eso, ni vi clara su titularidad ni la tardanza del técnico pamplonica en sustituirle. Y como remate, pienso que nuestro entrenador debe ejercer de psicólogo a la hora de tratar ciertas situaciones como la de Ulloa. Si consideró oportuno contar con Charles y después con Jonathan, no se le puede echar gratuitamente leña al fuego. Si se le conceden al delantero argentino cinco minutos, se genera un problema de donde ya hay una mecha encendida. Lo sé, todos los componentes de la plantilla son iguales, pero hay escenas como las que al final vimos y que en el futuro nos pueden repercutir, que se deberían evitar con un poco de vista.

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