paso a paso

Rafael L. Aguilera

Apocalipsis

APOCALIPSIS, según el calendario Maya para el día 21 de diciembre, marca el final de un ciclo de 394 años, conocido como Baktun 13, que algunos descifran y analizan como el momento del ocaso del cosmos. Esta será otra vez más, y no será la última fábula que a lo largo de la historia se nos ha proclamado el fin del mundo, a pesar de la fórmula litúrgica "Memento Homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris", "Recuerda, hombre, que polvo eres, y en polvo te convertirás". Con esta elucubración cultural de los Mayas transmitida a través de los medios de comunicación social nos acerca, entre otras presunciones diluvianas y medioevales, al "séptimo sello" del Apocalipsis 8:1-2: "Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas".Los otros seis sellos nos ilustraron con otros antiquísimos mensajes y señales del fin de los tiempos o de un ciclo, incluso con la llegada del anticristo. El caballo blanco describe su filosofía humanista, pacifista de falsas esperanzas para el mundo entero, aparentará amor y piedad, y a muchos engañará. Hablará de humanismo y derechos humanos para engañar a los moradores de la tierra. El triunfo del anticristo será en todo: en política, la diplomacia, la economía, etcétera. Este jinete provocará guerras en casi todo el mundo, rumores de guerras, pleitos entre una nación y otra. Los alimentos serán racionados y caros. Las pestes y el hambre, son las armas de este jinete. Este juicio nos habla de un terremoto tan grande que provocará derrumbes y erupciones de volcanes, el polvo, la ceniza y el humo cubrirá la tierra de tal manera que casi no brillará el Sol y la luna se verá roja. Lo único que será una garantía para evitar tantos males propuestos a lo largo de la historia será la Palabra que nos salvará de tan terribles elementos de la providencia o de la naturaleza.El único Apocalipsis sine die es la realidad dolorosa del valle de lágrimas de muchas familias, el dolor de la guerra y el terrorismo, el dolor del hambre y del paro, el dolor de la soledad y del rechazo, el dolor de la enfermedad y de la muerte, el dolor físico y el dolor moral y la terrible verdad del dolor, mirad sino el Paso de Misterio de Jesús de la Sentencia. Hay que dejar los oráculos proféticos y los géneros literarios, y para ello, no hay más solución telúrica que seguir arrimando el hombro con pasión, en la verdad y la paz, en sobrevivir ante estas tribulaciones económicas y sociales que no están impregnando esta década ominosa, a fin de salir mediante el trabajo, trabajo y trabajo unido a la ilusión y convicción latente e infinita, en la que está el ferviente anhelo de un mañana mejor con fe, esperanza y caridad.

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