LOS jugadores profesionales del fútbol español ya entrenan de nuevo. Sí, unos trabajadores tan privilegiados y con una carrera tan corta, se han tomado unas vacaciones de Navidad cuando más beneficios podrían haber generado. No sé de quién será la culpa, pero se incurre año tras año en un enorme contrasentido. Mientras, los anglosajones logran una interesante rentabilidad económica; fijémonos en lo que proyectaron para estas fiestas: en la Premier League inglesa, partidos el día 26 (Boxing Day), el 29 y mañana, día de año nuevo, con la celebración del primer choque a las 16:00 horas, en el que participa el Manchester United. El que sabe, sabe.Y si cruzamos el charco nos topamos con la NBA, prototipo del beneficio y de la competencia sostenible. En estas fechas sus jornadas se multiplican, haciendo especial hincapié en el día de Navidad. Incluso se establecen unas estadísticas exclusivas para tal fecha, aparte de programar con antelación los encuentros más atractivos. A eso se le denomina marketing y rentabilidad. Los actores deben acatar las normas como artistas privilegiados que son, ¿o es que trabajar en Navidad es algo excepcional? Que se lo pregunten a hosteleros, taxistas, enfermeros, cuerpos de seguridad, etcétera. Dicho esto, lo que nos atañe es la vuelta al trabajo de nuestra plantilla, que ayer se produjo. Podría haber movimiento en el mercado de invierno, pero lo más determinante sería el cambio de mentalidad del técnico. Si dejara de echarle un pulso a la lógica se evitarían episodios como el de Ulloa, que no ha sabido manejar con habilidad y que va a provocar la salida del argentino al fútbol inglés. Si definitivamente el delantero abandona el club, ojalá que no le echemos de menos, pero si lo hacemos, me acordaré de alguien. Como el presidente advirtió, si no se asciende en esta temporada el perjuicio económico será mayúsculo. Yo todavía confío en Javi Gracia, pero si no cambia de mentalidad, lo que habrá que cambiar rápidamente es de técnico.