CUANDO esta Noche Vieja, nos hemos intercambiado los mejores deseos, ha costado decir eso de "próspero año nuevo", y posiblemente muchos hemos pensado en las miles de familias que desgraciadamente tienen poco de lo que felicitarse, y lo que es peor, poco que esperar. Y ha sido casi unánime, al menos en mi entorno, el deseo de que al menos nos quedemos como estamos, en un ambiente de escepticismo ante el futuro, que produce una gran tristeza. Claro que para otras personas, quedarse como están, es una verdadera catástrofe. ¿Pesimismo? Alguien dijo que un pesimista es un optimista bien informado. Y la mejor información es vivir la realidad. En este caso, la cruda realidad.

No obstante, siempre se ha dicho que la esperanza es lo último que se ha de perder. Por eso quiero expresar 5 deseos lo más realistas posibles, para este año:

1. Que bajen los grados de la fiebre neoliberal, que nos inunda. Por eso sería importante, que en Alemania se produjera un importante giro político en las próximas elecciones.

2. Que los ciudadanos en este país, tengan cada vez más conciencia de las verdaderas raíces de lo que nos ocurre.

3. Que se frene la destrucción del sistema de bienestar, porque la presión de la calle, acabe con la ceguera política, de quien en nombre de su no sostenibilidad, está demoliendo sus cimientos.

4. Que terminen los recortes indiscriminados, como única política posible

5. Que se rescate a las personas, al menos en la misma proporción que se rescata a los bancos.

Claro que los dos primeros deseos, son indispensables, para que sean posibles todos los demás. El primero, desgraciadamente no depende de nosotros, sino de los alemanes. El segundo, en cambio, sí depende de nuestra capacidad de reflexión, más allá de los discursos facilones y demagógicos, que últimamente han calado demasiado en este país. Sobre todo eso, de que todos los políticos, y lo que es peor, las políticas, son iguales, en una especie de vuelta a lo del "crepúsculo de las ideologías".

Ahora es cuando más se necesita otro modelo de sociedad, y por eso, a la ideología neoliberal, que inunda el mundo, hay que ponerle enfrente otra ideología, que no hay que inventarla. Está ahí. Eso sí, demasiado vapuleada y desfigurada. Habría, que decapar tanto barniz y dejar la madera prima, al descubierto.

Feliz y placentero 2013, dentro de lo posible.