ALGUNAS veces sale todo rodado. Los aciertos se fusionan con las facilidades que brinda el contrario. Asimismo se suceden las rachas junto a los temidos altibajos en una liga tan larga como ésta. Aun así, desde estas líneas se le exige el máximo a la actual plantilla y a nuestro entrenador, porque hay un hecho evidente: el plantel, con sus defectos y sus virtudes, se ha confeccionado para lograr el ascenso. Dicho esto, ¿cómo se puede explicar la metamorfosis que anoche sufrió el conjunto de Javi Gracia con respecto a pasados encuentros? Se jugó con rapidez, con sentido, se profundizó por banda y se presionó de principio a fin. El partido soñado desde aquella exhibición en Huelva. Cierto es que el adversario, con varias bajas, concedió bastantes facilidades, sobre todo en defensa, pero más allá de esa reflexión habría que destacar las virtudes que anoche nos ayudaron a ser inaccesibles y los errores que, pese a la goleada, todavía relucen. En el plano positivo salta a la vista la aparición de Falque. Su calidad está fuera de cualquier debate, si bien habrá que exigirle al futbolista gallego esa regularidad que hasta el momento sólo se atisbó en Villarreal, precisamente con Gracia. Sus centros envenenados y la clase con la que conduce el esférico hicieron que Charles resurgiera de sus cenizas. También excelso se mostró Christian, dejando bien claro el error de su entrenador cuando siguió confiando en Raúl García, a pesar de que el ex del Racing ya estaba completamente restablecido de su lesión. En el plano negativo podemos reseñar el coladero que supone la banda de Rafita. También me preocupan los errores de Esteban, aunque está completando a su vez una buena campaña. Un detalle: ¿serán Pallardó y Verza incompatibles en el futuro? Lo digo porque el nuevo fichaje se preparaba ante la momentánea lesión del oriolano. Para terminar, dos apuntes: si Abel tiene que dar un golpe en la mesa para entrar en una convocatoria, que lo dé, pero que le dejen. Y, ¿el Elche ya no es rival? Yo creo que sí; todavía no está ascendido.