NADIE puede adivinar lo que acontecerá en la próximas jornadas. El fútbol es caprichoso y al término de la temporada alguien podría recordar este artículo para dejarme en evidencia, pero a día de hoy yo hubiese tomado la decisión de destituir a Javi Gracia. El técnico pamplonica ha demostrado que esta gran plantilla, creada con el esfuerzo de Alfonso García, le viene grande. Desde estas líneas se han alabado los buenos momentos, sin olvidar los defectos que se dejaban entrever por los previsibles planteamientos y la torpeza de Gracia ante los problemas. Pero la deriva requiere un cambio de rumbo si no queremos acabar donde nos lleve la imprevisible marea. Un dato: el año pasado, en unas fechas similares, se optó por cesar a Lucas Alcaraz. Con 31 jornadas disputadas, las que se llevan, el técnico narazí supera a Javi Gracia en dos puntos. Se alude a la mala experiencia con Esteban Vigo, pero no siempre una dolorosa decisión ha salido rana. Sabemos que Gracia viajará a Huesca, pero expreso mis sensaciones tras el espectáculo que ayer brindó un conjunto que parece más muerto que vivo. Un apunte irrefutable: los dos últimos visitantes nos han vencido en inferioridad, mientras que nuestra desventaja la pagamos cara en Córdoba. Con respecto a la derrota sufrida, poco que decir, salvo que los técnicos que desfilan por el Mediterráneo nos transmiten algo que no percibimos en nuestro entrenador, que se empeña en mantener a Pellerano, fuera de forma por completo, y en confiar en Calvo. No olvidemos lo que Gracia tardó en percatarse de la baja forma de Aleix y del coladero por la banda de Raúl García. Luego, es capaz de dejar fuera de la convocatoria a Trujillo, que ha cumplido de sobra, y de confiar en Abel para que le salve la cabeza como ayer ocurrió. El equipo no juega a nada, no se le ve trabajado, adolece de chispa y ni con Falque se ha salido del letargo que parece haber contagiado al pantel un impasible Gracia. Ya sólo nos separan cuatro puntos de no disputar el playoff. Presidente, yo me la hubiese jugado.