¿ES posible el ascenso a primera tal y como se encuentra en estos momentos el equipo? ¿Se puede justificar un encuentro tan lamentable? ¿La victoria de ayer aniquilará de un plumazo los numerosos males y vicios adquiridos por un conjunto a la deriva? La preparación física que se atisba, ¿es la más adecuada para una plantilla de fútbol profesional? ¿Existe algún patrón de juego que nos haga ser optimistas de cara al futuro? ¿Sería alguien capaz, excepto Javi Gracia, de alinear en el once titular a un jugador como Calvo? ¿Es posible encontrar en la actualidad un rival en segunda tan mediocre, tan negado, tan vulgar como el Racing? ¿Fue penalti? ¿Alguien vio en un partido de fútbol otra pena máxima similar por un simple forcejeo? ¿Encontraremos un árbitro más benevolente, que pueda cambiar el rumbo del choque, desquiciar a los adversarios y favorecernos con descaro? ¿Se ayuda más tapando los errores con una venda en los ojos, en vez de denunciar las tremendas lagunas para que éstas no vuelvan a aparecer? ¿Algún padre o madre dejaría que sus hijos fueran por el mal camino si observa que la dinámica no es la correcta o si descubre que sus vástagos cometen algún desliz? ¿Se perjudica por dar una opinión libre, al dictado de la razón más elemental, dejando de lado fanatismos u otro tipo de intereses? ¿Es Javi Gracia un técnico sin fortuna? ¿Se percibe ambición, hambre de triunfo o entusiasmo en los jugadores rojiblancos? ¿Se fue contento algún seguidor con la victoria y los tres puntos cosechados? ¿Tiene alguna culpa la afición, que bastante aguantó ayer, del lamentable estado de forma del plantel? ¿Somos malintencionados los que preveíamos el nivel que se advertía desde aquella victoria ante el Recreativo, que jugó casi todo el partido con diez? ¿Alguien desea con más fervor el ascenso y quiere más a nuestra Unión Deportiva que un servidor? Pese al triunfo, ¿debería continuar Gracia al frente del Almería? A día de hoy, la contundente respuesta a todas estas preguntas es no.