EL retorno a primera es sólo un fantástico aderezo de la obra que se moldea con sumo acierto. El sueño de cualquier aficionado con perspectivas a largo plazo comienza a cumplirse sin prisa, pero sin pausa. El modelo Barça, con su productiva cantera y su staff técnico de la casa, se consolida a pequeña escala. O si no, ¿quiénes van a sentir más los colores? ¿Quién va a conocer mejor nuestro gran activo, las categorías inferiores del club? ¿Francisco o Gracia? ¿Cintas o Hugo Sánchez? ¿Ortega o Lillo? Primera división, preparadores con pasado rojiblanco, integrantes de la primera plantilla provenientes del filial de Segunda B, jugadores comprometidos (algunos ya internacionales) de los escalafones inferiores. No sueño, ya es una hermosa realidad gracias al empeño de nuestro presidente tiempo ha, que tendrá su guinda con la ansiada cuidad deportiva. A todo esto, se enaltece a los abonados de cara a la ilusionante temporada y se les ofrece unas renovaciones preferentes y asequibles, sin olvidar a los que en su momento abandonaron la nave, que también dispondrán de unos precios irresistibles. Y como las buenas noticias nunca vienen solas, se presentó el marketing de la campaña de abonos más imaginativo y con más clase de los que recuerdo, acompañado de un buen eslogan: un tesoro. El cartel también está a la altura con el fin de concienciar a los indecisos. Ya sólo cabe esperar que a partir del próximo martes, primer día de renovación, se logre una respuesta masiva; según mi estimación, en torno a los 13.000 abonados. La ocasión, el momento y el proyecto, lo merece. En cuanto a los nuevos fichajes, me comenta algún aficionado su preocupación al respecto; sin embargo, esta entidad se ha caracterizado por ser un club revalorizador (Negredo, Alves, Melo y últimamente Ulloa o Charles), por lo que en ese aspecto estoy tranquilo. Liga de Fútbol Profesional, cuentas saneadas, cantera, almeriensismo y alentadores planes de futuro. Parafraseando a Aznar, el Almería va bien.