La tribuna

Miguel Iborra Viciana

A mis paisanos ragoleños, con permiso

NADA se improvisa en la vida de una persona. El ser humano es siempre hijo de una época, en la cadena de las generaciones, y del medio donde habita. En mi pueblo amado encontré lo que nunca busqué. Por la gracia de Dios soy ragoleño y soy cristiano; por experiencias vitales, nobles anhelos, actitudes ejemplares de hombres y mujeres creadores de grandes deseos y corazón generoso, he sido honrado y proclamado hijo Predilecto de Rágol. Acepto complacido y doy gracias a Dios porque tengo un nuevo motivo para amar y para una larga y jugosa reflexión. Intentaré corresponder con creces a los gestos de amor y afecto recibidos del promotor, de personas y de la Corporación Municipal que lo hicieron posible...

He escrito muchas páginas en el libro de la vida de Rágol. Todas fueron objetivas, alegres, limpias y claras. Cada mañana al despertar, recuerdo que aún he de llenar la mejor de las páginas, la que quiero dejar en el libro que estoy escribiendo con mi propia vida. Pienso y quiero que esta sea la página más bella, la más rica, la más sincera, la más sentida. Caminar, caminar, caminar…… y seguir avanzando juntos. Rágol está lleno de poesía, de belleza, de naturaleza. Sus vecinos están llenos de tesoros. Pero, estamos demasiados "acostumbrados", y no vemos su brillo. Rágol y los ragoleños son una tarea digna que vale la pena, para toda la vida. Permitidme unos buenos consejos de amigo, son el exponente de mi mayor gratitud y mi mejor deseo para vosotros y para mí mismo. Tenemos que recuperar el gusto y el sentido de la admiración ante la normalidad. Expresar amabilidad y gratitud y, que nunca nos quede la pena de no haber sido más generosos. Sumar y no restar. Simplificar las cosas difíciles y no complicar las sencillas. Debemos sonreír alegremente en la prosperidad y valientemente en el dolor. Cuando todo va viento en popa y cuando pega el viento de frente. Cuando captemos la belleza del mundo y cuando descubramos sus miserias. Sonreír ante el heroísmo y la bondad humana, ante lo mucho bueno que tenemos y tienen los demás. Solo si hay juego limpio se consigue lo que importa. Hay que ir "más allá de las cosas". Hay que distinguir entre el sí de la aceptación y el sí de la ejecución. Transparencia en el ser y en el estar. Somos el fruto de millones de años de historia, nuestros contemporáneos sienten al igual que los hombres de todos los tiempos, una profunda necesidad de verdad absoluta y de belleza perfecta. Necesitamos esperanza y decisiones tomadas y mantenidas que orienten nuestra vida y den unidad y sentido. Se hace camino al andar; sólo sabremos lo que queremos después de hacer la elección. Lo tenemos todo al alcance de la mano. No nos falta agua. Lo que nos falta es sed. Esta paradoja la expresa bellamente la oración de un poeta: Señor, dame un vaso de sed, que me estoy muriendo de agua.

Una hoja no se vuelve amarilla sin el consentimiento silencioso de todo el árbol. Cuando el miembro de una comunidad se desgaja, no siempre es suya toda la culpa. ¿Le aportaron savia los demás?. Escribía Ortega y Gasset: "No nos unimos para estar juntos, sino para hacer algo juntos" Nuestro corazón siente aspiraciones infinitas, por ello pretendo conjugar la sinceridad con la prudencia, la cortesía y la discreción, considerándoos mis amigos, un sentimiento de mi espíritu al que no puedo renunciar. Hoy cogí el folio en blanco, me puse a escribir y traté de expresar, con afecto y ternura, mi reconocimiento y mi mejor pretensión para todos. Ejercitémonos en invocar el nombre del Señor en todo momento, para que a través de nuestro Patrón San Agapito, ilumine nuestra alma en la medida de nuestras necesidades y de nuestros anhelos.

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