EL reportaje

ÁNGEL AGIS Marín

Almería y sus encantos

LOS encantos de Almería? Son incontables y maravillosos por los cuatro puntos cardinales. Al Norte La Sierra de Alhamilla, al Este Cabo de Gata que el griego-egipcio Ptolomeo lo definió como 'Charidemou Acra', del que da dos definiciones, una 'Lo que el viento se llevó al lado del mar', y otra 'Promotorio de las cornalinas'. Me van a permitir que me detenga unos momentos, para expresar el encanto y el embrujo que encierra el Cabo de Gata. No es de extrañar que cautivara a todos los que pasaban navegando por su contorno, denominándolo con definiciones y expresiones de admiración a su majestuoso perfil. EL poeta romano Avieno (geógrafo y cartógrafo), en su 'Ora marítima' se refiere al Cabo como 'Lugum Veneris' (Cabo de Venus). Además dice que los fenicios, levantaron un templo a una diosa de origen tartesio y que los romanos, con posterioridad, la identificaron como Afrodita (la diosa del amor), en el Cerro dela testa. También se le conoció como 'Cabo de las ágatas', por la abundancia de éstas, que brillaban y resplandecían a la luz del sol. Después, por contracción fonética, dio paso al actual nombre de 'Cabo de Gata'.

Proseguimos con los puntos cardinales:

Al Oeste Punta Entinas y la Sierra de Gádor, y al Sur ese inmenso mar azul, que Manolo Escobar nos canta y encanta con su peculiar voz y gracejo almeriense.

Hay un cantar que dice: Almería quién te viera y tus calles paseara y a Santo Domingo fuera a oír la misa del alba. Ha sido interpretado, por muchos cantantes, pero Rafael Farina le da un énfasis y un sentimiento profundo con su cante flamenco como ningún otro. ¿Quién no se ha emocionado al escucharlo? Lo mismo ocurre con el fandanguillo de Almería del maestro Gaspar Vivas ¿Qué almeriense no ha sentido una gran alegría en su corazón, un nudo en la garganta y alguna lágrima furtiva se le ha escapado de sus ojos al oírlo? David Bisbal también nos encanta entonando de su gran repertorio la 'Almería mora y cristiana'. Tenemos que mencionar también a dos grandes artistas almerienses de la canción, con muchas composiciones de todos los estilos, y que cantan a su Almería con todo cariño, y son: Andrés Caparrós y Paco Urrutia, que últimamente ha compuesto una Salve romera a la Virgen del Mar, con letra, música y cantada por él, con imágenes en el vídeo, donde vemos y escuchamos esta maravillosa y preciosa Salve.

Tanto como los poetas, escritores, fotógrafos y cantantes, lo mismo almerienses que foráneos, han ensalzado y elogiado con sus diferentes artes propios, las maravillas de nuestra tierra y no por obligada cortesía de los que no son de aquí, sino porque vieron y admiraron los encantos de nuestra tierra. Vinieron gallegos, vascos, catalanes, castellanos y de otras comunidades españolas y países extranjeros. Todos los que llegaron de otros lugares fueron bien recibidos, con todo afecto y hospitalidad, lo mismo visitantes de paso que los que se quedaron aquí para siempre. Y no se sintieron extraños en una tierra que no era la suya, pues el espíritu almeriense siempre fue acogedor y amigable. Y es que Almería tiene 'Duende y gancho' para atraer y enamorar, a los que nos visitan, beban o no el agua del 'Cañillo' de la Puerta de Purchena, pues según dice la tradición el que viene de fuera y bebe de esa agua se casa o se queda aquí para siempre.

Desde los primeros pobladores pasando por los fenicios, griegos, cartagineses, romanos y visigodos, gozaron de las bellezas naturales de nuestra tierra, hasta la llegada del pueblo árabe que fue el último que disfrutó de los encantos almerienses y que reflejó en bellas prosas y poesías, entre otros y creo el más importante, fue el califa poeta Almutacín, rey de la taifa de Almería (1,030-1,091), que los compuso junto a las alegres y cantarinas fuentes de sus bellos jardines y acogedores recintos del monumento emblemático y fantástico de su Alcalzaba. Este rey se rodeó de un importante grupo de literatos y poetas destacando su reinado por el alto grado cultural que se alcanzó.

Ya que aludimos a este monumento, quizás el más representativo de la presencia árabe en Almería, habría que recordar al promotor de su construcción Abderramán III y al rey que la culminó, Al Hayram.

Almería, la Albahari (Espejo del mar de los árabes) y la novia del Mare Nostrum, que por sus cualidades ambientales, por su agradable y dulce clima mediterráneo y su sol que no deja de lucir todos los días del año y por el carácter de sus gentes es una ciudad encantadora e inigualable en esta piel de toro que es nuestra querida España.

Almería está recostada al sol en la ladera de sus montes y bañada por ese Mar Mediterráneo (por donde entraron la mayoría de sus culturas), muy querido por los almerienses y sus visitantes. ¿Quién no se ha extasiado contemplando la salida del sol por las crestas de los montes del Cabo de Gata reflejando sus rayos en este mar de ensueño? ¿Y la puesta del sol por Puntas Entinas, con sus atardeceres de nubes de algodón, coloreadas con los rojos-anaranjados unas veces y otras con sus grises-azulados del cielo, haciendo caprichosos dibujos de fantasía crepuscular que, como pinceladas, quedan plasmadas en el lienzo de un cuadro en el cielo almeriense?

En nuestra retina queda grabada para siempre esta visión de ensueño, mientras por el horizonte se extinguen los últimos rayos de sol del atardecer.

Siguiendo con los encantos almerienses, tenemos el maravilloso Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, con sus estupendas playas, recónditas calas, sus costas con sus agrestes acantilados, unos de roca blanca caliza y otros grises y oscuros basálticos, sus arrecifes que como inmóviles y fantasmales figuras adornan las costas. Las dunas de dorada arena que el viento configura y modela, según venga, de levante o de poniente. Las charcas saladas con sus flamencos y aves acuáticas y con su flora y fauna autóctona. Maravillosas y bellas estampas de nuestro litoral.

Otra belleza almeriense es su Isla de Alborán, que como un barco está varado y anclado al fondo marino del Mediterráneo.

En la ciudad vemos y apreciamos con gran admiración los encantos y bellas obras arquitectónicas más importantes realizadas por Trinidad Cuartara Casinello, como: La casa de Las Mariposas, el Mercado central, la portada del Cementerio de San José, el Teatro Apolo, el edificio de la Diputación de Almería (en la calle Navarro Rodrigo). La Plaza de Toros, conjuntamente con Enrique López Rull, y el Ayuntamiento en la Plaza Vieja.

De Guillermo Langle tenemos como más importantes: la antigua estación de autobuses, la ermita de la Virgen del Mar, en Torregarcía, el barrio de Ciudad Jardín, con su iglesia y mercado; diseñó la fuente de los Peces en el Parque Nicolás Salmerón, que llevó a cabo Jesús de Perceval, el chalet con estilo montañés-santanderino de Montoya (enl a calle Gerona), kiosko de la música en El Paseo, lamentablemente desaparecido (donde actualmente se encuentra la Plaza del Educador), monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el cerro de San Cristóbal, los refugios de la Guerra Civil.

De Enrique López Rull, entre otras obras realizó: el convento de Las Adoratrices, Casino Cultural, Círculo Mercantil, Teatro Cervantes, Iglesia y Convento de la Compañía de María (por deseo e iniciativa del Obispo Orberá). Y la Plaza de Toros conjuntamente con trinidad Cuartada Casinello.

Hay que destacar el cambio de la fisionomía urbanística de la capital que realizaron éstos arquitectos almerienses, que al final del siglo XIX y comienzos del siglo XX dejaron, con sus estíos eclécticos, historicistas y clasistas en los edificios del centro de la ciudad y planificaron la renovación y modernización de los entonces barrios periféricos; como la Plaza Pavía y calles adyacentes y las del distrito V, fueron realizados con trazados rectilíneos y cierta simetría cuadrangular, amplias avenidas como la de Vilches y Paseo de Versalles (hoy Pablo Iglesias). Estos estilos los adoptaron de las construcciones que vieron y estudiaron en otras naciones europeas.

Otras obras dignas de mención, son el cargadero de mineral de hierro 'Cable Inglés', que fue realizado por los ingenieros, John Ernest Harrison (Glasgow-Escocia), y el español Andrés Moche, siendo inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1,904. La Estación de ferrocarril, realizada por el arquitecto francés L. Farge, discípulo de Eiffel. Reuniendo diferentes estilos arquitectónicos en toda su estructura: historicista, ecléctico y mudejarista, siendo inaugurada en 1,893.

La antigua Rambla de Belén, que partía a Almería en dos, gracias a su remodelación, se ha visto unificada y convertida actualmente en la Avenida de Federico García Lorca, con sus bellos paseos, sus altivas palmeras, alineadas a ambos lados de la avenida, sus árboles y arbustos diversos, con el césped adornado con infinidad de diversas, fragantes y coloridas flores. Variadas fuentes, su estanque rectangular con surtidores formando artísticos arcos acuáticos, sus obeliscos cuyos pináculos apuntan al infinito, contrastando su blancura con el azul del bello cielo almeriense. En resumen, es una maravillosa obra arquitectónica, orgullo de Lamería y admiración de visitantes, realizada por el estudio de los arquitectos almerienses Hermanos Góngora.

Como figuras de identidad de Almería tenemos, entre otras, el Sol de Portocarrero y el Indalo. El sol está situado en la fachada oriental de la Catedral. La construcción de esta la comenzó el obispo Diego Fernández de Villalán, pero estas estuvieron un tiempo paralizadas, por dificltades económicas que tenía la diócesis, tras la rebelión de los moriscos. Cuando el obispo Juan de Portocarrero se hizo cargo de la citada diócesis terminó las obras ya comenzadas, colocando en ese momento el sol anteriormente citado. Aunque existe diversa controversia sobre esta cuestión entre algunos biógrafos de la ciudad.

El Indalo, emblemático tótem, es conocido en todo el mundo como símbolo de nuestra tierra, fue descubierto en la pared de la Cueva de los Letreros, en Vélez Blanco, y en una pintura rupestre del Neolítico. Jesús de Perceval lo adoptó como emblema del movimiento cultural indaliano que aglutinaba a los artistas pictóricos junto con los de otras actividades artísticas y literarias.

Entre otros muchos encantos almerienses tenemos el gastronómico, con sus famosas tapas para los aperitivos y los exquisitos y variados platos de la cocina de esta tierra. Los pescados, mariscos y carnes preparados de muy diversas y sabrosas formas, a la plancha o guisados. Las ollas de pucheros, con hinojos y morcilla, los caldos de pimentón, las migas con sus tropezones, el gazpacho campesino y cortijero, las gachas con harina de panizo y un sinfín de platos típicos, añadiendo los postres caseros y dulces elaborados con recetas que se han ido pasando de padres a hijos de generación en generación. Y seguiríamos contando y no pararíamos nunca, relatando todos los diferentes encantos que atesora nuestra querida y amada Almería.

Para ir terminando ¿qué mejor encanto de Almería que sus mujeres? Auténticas musas e inspiradoras de nuestras más dulces y creativas prosas y poesías a ellas dedicadas, por su belleza racial y distinguida que hace de las mismas las auténticas protagonistas de nuestras vidas.

Y por último, tenemos el encanto almerienses de Nuestra Patrona, la santísima Virgen del Mar, reina y Señora que llegó a nuestras costas sobre las olas con su Hijo en brazos, escoltada por peces de plata por el mar y por gaviotas de finas alas por el cielo.

Madre mía, Virgen del Mar

brillas como un lucero

en el altar del cielo

eres mi luz y mi consuelo

ahora y por toda la eternidad.

¡Madre mía! ¡Almería mía! Me encantáis ¡Os quiero de todo corazón!

ÁNGEL AGIS MARÍN

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