Escuadra de Mago

Nico García

La hora de los barrios

HUBO un tiempo, no hace mucho, en el que los nombres mandaban en el fútbol de la provincia. La UD Almería, en la LFP; el Polideportivo Ejido, en Segunda o Segunda B; a la última también se apuntó el Roquetas; en Tercera, el filial de la UDA (después subió a la categoría de bronce), el Comarca de Níjar (llegó a jugar la fase de ascenso) y el Poli B. Ahora, aunque sigue mandando el conjunto unionista (con el primer equipo y su filial), las cosas han cambiado. Las risas y perspectivas de futuro muy fantasiosas en algunos equipos desaparecieron cuando apareció la maldita crisis económica, que también azotó al fútbol, enseñando la realidad a algunos clubes, que se tuvieron que bajar de la nube. El protagonismo lo han tomado entidades con menor nombre, con menos historia en las categorías más altas del fútbol, aunque no exentos de tradición. Entidades de barrio, en las que se rezuma el verdadero fútbol, ese de domingo por la mañana, entre tapas de lomo en la cantina del campo. Equipos mencionados al principio, casos del Roquetas o Comarca, se encuentran pululando en Primera Andaluza; mientras que el Poli Ejido desapareció. Actualmente, el testigo de los perseguidores de la UDA lo han tomado Los Molinos, el Español del Alquián y el Huércal (sin olvidarme del Pulpileño y el Huércal Overa). Excepto los verdiblancos (y no se puede comparar Huércal de Almería con Níjar, por ejemplo), los otros son equipos de barrio, que han hecho bien las cosas, que han sabido esperar su oportunidad y que ahora se codean con equipos de cierto nombre. Incluso han comenzado la temporada por el buen camino. Y sin olvidar a otros como el Pavía o el Oriente (o el Universidad de Almería, de reciente creación), arriba en Andaluza, demostrando que es más importante la cordura que el nombre para triunfar.

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