Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

alfa y omega

LA única mención pública y notoria, que a veces nos queda a los/as ciudadanos/as, de aquellos personajes públicos, nacionales o extranjeros, quienes de una forma u otra significaron o aportaron algo, en un sentido u otro, positivo o negativo, a la sociedad civil, es a través de la radio-televisión o esos recuadros de espacio minúsculo, que de forma diaria o intermitente aparecen plasmados o insertados en los medios de comunicación social, generalmente, en los escritos mecanográficamente. Con especial referencia, a quienes han aportado algo satisfactorio a la provincia de Almería en sus distintos campos interdisciplinares, en la mayoría de los casos de forma altruista y filantrópica, mantienen la viva llama del pensamiento en esas ilustraciones y fotogramas referenciadas, señalando entre otras cuestiones una sinopsis sobre determinados datos personales y profesionales, o la de algún motivo significativo que hicieron o realizaron, sin más homenaje social y público regular para quienes tuvieron la dicha de aportar a cualquiera de las disciplinas sociales un valor añadido en el avance de las relaciones humanas. Esta semana pasada ha tenido para muchos almerienses de pura cepa o venidos de otras latitudes y hechos almerienses adoptivos o predilectos ante el cañillo de agua de la Puerta de Purchena, dos sentimientos contrariados, por un lado, la alegría y gozo de homenajear en vida con un sentimiento de respeto y consideración a quién presidió la Diputación en los albores de la democracia y fundador del Instituto de Estudios Almerienses José Fernández Revueltas, y por otro lado, la tristeza por la pérdida humana en la plena madurez académica y social del profesor universitario y ex capitular municipal capitalino Antonio Sánchez Cañadas, quien a través del IEA publicó el libro "Aspectos educativos en la perspectiva de la unidad europea". El ejemplo de estos dos hombres nacidos a la luz de nuestra milenaria Alcazaba, el abogado y poeta-escritor Fernández Revueltas con esa sensibilidad bondadosa, adquirida de nuestra siempre querida Celia Viñas, en la gestión política colegiada y consensuada en verso y prosa al calor de la naturaleza del mediterráneo almeriense, y Sánchez Cañadas en la coherencia de las ideas sociales de acercamiento de la comunidad universitaria a la sociedad almeriense con un alto grado de sociabilidad y socialización, son y serán dos testimonios fehacientes de participación en la vida pública, cuyo recuerdo siempre debe de estar presente entre nosotros y su enseñanza a futuras generaciones que transitarán junto al ficus del Paseo del Almería.

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