Paso a paso

Rafael / Leopoldo / Aguilera

Monseñor Álvarez Gastón

ES de justicia humana y hasta divina, tener un recuerdo para Monseñor Rosendo Álvarez Gastón, Obispo de Almería, q.e.p.d., fallecido en olor a santidad, un hombre bondadoso y humilde, que hizo de su hacer diario el transmitir la fe a través del silencio, la austeridad y la sobriedad, con una especial interés siempre hacia los necesitados, a los más indefensos, siempre pensando en ellos, incluso en los momentos en donde vivíamos momentos económicos de gracia celestial. Muchos hemos vivido momentos tan estrechos fraternalmente con el Sr. Obispo, incluso, en las Noches Buenas, asistí con Él ha ayudarle a presidir la Misa del Gallo en las Hermanitas de los Pobres de Santa Teresa de Jornet. Siempre que necesitábamos conversar, siempre estaba ahí, o junto al teléfono o personalmente, sin intermediarios, incluso cuando le visitamos los expresidentes de la Agrupación de Cofradías, hace un año, a la residencia de ancianos nos atendió rezando y sonriendo, y recibimos con unción su bendición. Nunca rehusaba atendernos y escucharnos, y siempre también, tenía una amorosa sonrisa contenida. Era una persona con un don, con un carisma, de esos sacerdotes- obispos a píe de calle, llenos de la santidad del Concilio Vaticano II y del Santo Padre Pío VI.

Su periodo de episcopado es el más prolifero de fundaciones de Hermandades y Cofradías penitenciales y de gloria que se recuerda en tan breve espacio de tiempo, y dictó con sapiencia y sabiduría una de las Normas Diocesanas que hicieron posible el resurgir de estos movimientos cristianos a través de la religiosidad popular, y que a su vez, purificaban la piedad del catolicismo popular, permitiendo dar salida a las numerosas demandas pastorales de fieles y cofrades de hacer apostolado y buscar la santificación en distintos barrios de la ciudad y núcleos de población necesitados una visión trascendental en la vida doméstica y profesional. Destacamos, la fundación de las hermandades en la capital de "La Caridad" en el Quemadero (1995), Cofradía de "La Unidad" en Piedras Redondas (1996), Cofradía "Rosario del Mar" en el Hospital Provincial" (1995), "Los Ángeles" en el mismo Barrio que lleva su nombre (1996), "La Estrella" en Regiones Devastadas (1991), "Gran Poder" en el Zapillo (1994), Pasión en Oliveros (1993) e "Humildad y Paciencia" (1990). Durante su mandato se fundó la Hermandad del Cristo de La Escucha bajo el patrocinio del Cabildo Catedral, y se aprobaron definitivamente Estatutos de Hermandades creadas en la década de los ochenta, dando seguridad jurídica a las Corporaciones cofrades, constituyen y asignando al Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías una tarea muy loable y plausible de cooperador, colaborador e interlocutor activo entre el Obispo y las Cofradías en toda la provincia de Almería. Y no solo potenció la Agrupación de Hermandades y Cofradías como una entidad al servicio de la iglesia diocesana en todos sus aspectos estatutarios, sino que aprobó la constitución de otra Agrupación de Hermandades y Cofradías en el Poniente Almeriense que tanto bien hizo a todo el Campo de Dalías, y que llegó con la culminación gloriosa de la Coronación Canónica de la Virgen del Rosario de Roquetas de Mar.

Requiem aeternam dona ei Domine. Et lux perpetua luceat ei. Requiescat in pace.

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