Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

transparencia

LAS elecciones europeas han puesto de manifiesto que la democracia tiene asegurado el futuro, a pesar de las alternativas al desánimo del capitalismo, al estar la mecánica de convivencia metabolizada en la condición humana a nivel internacional con ocasión de la globalización, tendiéndose a un proceso de mutación para reformar el sistema democrático en todos los países, sin plantearse otros modelos alternativos, que lo único que nos llevarían sería al caos y a la nada. El sistema democrático a nivel individual y político tendrá que asumir las expectativas y exigencias de perfeccionamiento, y llevarán en determinadas direcciones con sus variantes singulares de cada lugar, en tiempo y espacio, siendo la transparencia el paradigma de la política y la economía.

Los actos de las administraciones públicas de relevancia jurídica y económica deberán de estar abiertos al general conocimiento público en cualquier momento, de tal forma, que un vecino de una localidad deberá de saber, sí así lo desea, al momento, todos los contratos o concesiones que se han concedido en esa semana ese ayuntamiento. No habrá secreto alguno en el proceder de la administración y la transparencia será total e ilimitada.

El siguiente paso será que las administraciones se gestionen por especialistas, y el número de políticos en listas abiertas se reduzcan a mínimos necesarios, y cuya responsabilidad será mucho mayor como responsables de cumplir el mandato estratégico del pueblo, a quien por principio volverá a no votar sobre lo que no se conoce ante el peligro de políticas erráticas.

Serán los ciudadanos y empresas quienes en tiempo real y de forma digital opinarán sobre los asuntos, influyendo en las decisiones que se sometan a consideración en un pleno de un ayuntamiento, que estarán basadas en los intereses de los ciudadanos, y sí se fracasan en la implementación de esa política pública, deberá de ser compartida colectivamente por nuestros propios errores. Cuando la gestión pública no sea opaca en los fondos públicos y se pueda perseguir abiertamente la influencia sobre la sociedad en contratos y concesiones, la tendencia será que quienes se dediquen a la gestión pública, lleve consigo una evolución encaminada al altruismo de estos ciudadanos, que creyendo tener capacidad para entender la complejidad social, reciban como premio de los ciudadanos el reconocimiento como gestores por su talento y responsabilidad en favor de la comunidad.

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