EEN los últimos días, los medios de comunicación han tratado de forma amplia los temas relativos a los casos de corrupción, la peudoconsulta de Cataluña o la entrada de "la Pantoja" en la cárcel. Son tantas las opiniones vertidas sobre tales asuntos que renuncio a manifestarme sobre ello. Entre otras razones porque mi postura ha sido siempre la misma y bien clara: " el que la hace tiene que pagarla, sea quien sea", máxime cuando estamos hablando de dinero público y que la ley debe ser respetada como mayor salvaguardia de la democracia.

Hoy voy a tratar un problema que afecta a un gran núnero de ciudadanos y al patrimonio histórico-cultural de nuestra tierra.

He quedado impresionado al ojear el boletín informativo de las asociaciones de vecinos, " Puerta de Europa y Gran Sol". Trata el boletín, con uns magníficas fotografías, del estado actual en que se encuentra nuestro antiguo Hospital Provincial, cuya titularidad corresponde a la Diputación Provincial y uso fue transferido, en los inicios de nuestra andadura autonómica al servicio andaluz de salud, que durante más de veinte años lo utilizó, prestando asistencia medico-sanitaria a los almerienses hasta noviembre de 2011, fecha en la que se inauguró el centro de alta resolución de la calle Pedro Jover, quedando en desuso el edificio principal del hospital hasta finales de 2013 en que fue devuelto a la Diputación Provincial de Almería.

No estamos hablando de un edificio cualquiera, sino de una joya urbanística del Siglo XVI y que al día de hoy no puede encontrarse en un estado más lastimoso, techos hundidos, pudiendo apreciarse en alguno de ellos el bello artesonado original, escaleras inpracticables, los mosaicos que decoraban el patio porticado, que por su belleza fue escenario de algun rodaje cinematográfico, casi totalmente arrancados, aseos destrozados y material hospitalario abandonado. En definitiva, totalmente impresentable, no solo para su uso sino para la propia seguridad de aquellos que entren en sus instancias. ¿Cuál ha sido la actitud de las administraciones públicas ante el gravísimo problema del hospital? No puede ser más descepcionante. Es la máxima expresión del dicho, " tu y yo y la casa sin barrer ". Y no es que el sentir ciudadano no haya llegado hasta las distintas autoridades. Antonio Gutiérrez y Carlos Casares, presidentes de ambas asociaciones de vecinos, no han cesado de llamar a la puerta de las autoridades competentes, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía, concretamente la Consejería de Cultura y la delegación de la Junta de Andalucía en Almería. La respuesta de estos organismos no ha podido ser más descepcionante para el interés ciudadano y para la salvarguardia de uestro patrimonio artístico-cultural: "Nosotros no somos competentes", "el dueño y responsable es la Diputación", "nosotros lo entregamos en buen estado"; "cuando se recepcionó el edificio ya estaba en mal estado"...etc . Pero en definitiva, el edificio continúa sin uso y cada día que pasa sufre un deterioro mayor, pues ningún organismo se ocupa de su mantenimiento y conservación. ¿ Estamos ante un hecho aislado ? ¿Está Almería tan sobrada de monumentos singulares para permitirse el deterioro y caida de los mismos?

No sólo es el Hospital Provincial el único monumento en peligro. Recordemos el tema de la Estación de Renfe, orgullo de la escuela de Eiffel , la muralla árabe del cerro de San Cristóbal y el Cable Inglés, por citar únicamente los más significativos.

Lo que no admite discusión es que, con independencia de la propiedad, a la que no puede ignorarse, es la Junta de Andalucía la guardiana y conservadora de nuestro patrimonio artístico-cultural, máxime cuando alguno de estos monumentos tienen la declaración de "Bienes histórico-culturales" y es responsable de su conservación para su gran misión a las futuras generaciones de Almería.

En resumen, es precisamente la Junta la que debe arbitrar la solución definitiva al problema con la ayuda y compromiso de todas las administraciones implicadas sin que pueda haber la excusa de "falta de presupuestos", y ante las circunstancias que estamos atravesando. No quisiera terminar sin llamar la atención de las fotografías que aparecen en la penúltima página del citado boletín extraordinario. En elllas se aprecia el abandono, cochambre y suciedad del edificio en contraste con algunas dependencias, que fueron de la dirección entre las que se encontraban las secciones sindicales. Una verdadera vergüenza.