Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

Cultura ante todo

EL compromiso con la verdad es uno de los requisitos de la actividad, de cualquier actividad, profesional o doméstica, a pesar de que la verdad se manifiesta en nosotros de alguna forma difícil de aprehender; radiografiar o detallar con exactitud, pero, sin duda, a veces tenemos la sensación de poder tocarla con el corazón y la razón.

Hoy tal y como se están desarrollando los acontecimientos en diversos ámbitos de la sociedad, da la sensación que puede ser que la verdad no sea alcanzable, pero el compromiso nos hace ir en busca de ella con honestidad con sí mismo, salir del autoengaño y los juegos, dejando a un lado los egos y las ansias por tener siempre razón. Veritas liberavit vos, la verdad nos hará libres. Todos sabemos que la vida es un tren, y no un tren de alta velocidad, a ver si algún día llega a nuestra milenaria y vetusta Almería, en el que vamos sentados en él, y a veces de pie, en el que no da tiempo a llegar a la siguiente estación. Por ello, sí algo podemos controlar sin necesidad de nadie es nuestro pensamiento, y con la suficiente valentía y diálogo podremos salir de la decepcionante situación de colusión entre poderes fácticos. En la línea socrática de que "solo hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia", debemos de comenzar a enseñar a pensar, lo mismo que nos enseñan a escribir o leer; ya que la ignorancia es la peor de las miserias, y la cultura es la seña de identidad de una sociedad, por lo que obviarla es dejar de lado la piedra angular sobre la que se sostiene cualquier Estado. La cultura siempre va a moldear la política y la economía porque todas estas manifestaciones van orientadas a satisfacer los deseos de los/as ciudadanos/as. Todo en una sociedad depende de la cultura, a pesar del duro momento por el que se atraviesa en España y en el mundo, por ser el único instrumento necesario e imprescindible para el desarrollo del destino humano. Sería necesario ver en qué medida está afectando a la conducta el uso de la televisión y los medios de comunicación, la banalización del lenguaje en las redes sociales o los hábitos de lectura y la importancia de los mismos a la hora de desarrollar un pensamiento crítico en la sociedad. Busquemos la verdad en los hechos, y con el principio verum ipsum factum: el hombre solo es capaz de comprender plenamente lo que él mismo ha realizado, nos acerquemos al conocimiento de la Historia con sabiduría poética.

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