CERRAMOS un año cargado de éxitos en el deporte femenino, unos triunfos que, sin embargo, no han tenido el reflejo merecido en los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, lo que me lleva a reflexionar sobre la triste realidad de su invisibilidad, en la legislación y, sobre todo, en nuestras mentes. Al margen de nombres propios como Mireia Belmonte, Carolina Marín, Ona Carbonell o Ruth Beitia, tenemos a las campeonas del mundo de gimnasia rítmica, a las subcampeonas del mundo de baloncesto y sincronizada, a las campeonas europeas de waterpolo y hasta a la selección femenina de fútbol clasificada para el mundial del próximo año en Canadá. Sin embargo, sólo 4 de cada 100 deportistas entrevistados en los telediarios son mujeres y la proporción de retransmisiones de competiciones femeninas es igualmente abochornante. No creo que haya que confrontar el deporte femenino con el masculino para reivindicar mayor protagonismo en los medios, ni para lograr mayor implicación de las administraciones y federaciones en el deporte femenino. A pesar de un 2014 no muy fructífero para el género masculino y que en los últimos JJOO de Londres, 11 de las 17 medallas alcanzadas por la delegación española se colgaron del cuello de mujeres, ellos han hecho historia en el fútbol, fórmula uno, basket, tenis, ciclismo, atletismo... y hasta en el golf. Las deportistas españolas, a pesar de contar con menos retransmisiones, menos patrocinadores y sueldos de saldo, como aquél que dice..., están compitiendo internacionalmente y colocando al deporte femenino en el 'prime time' televisivo, lo nunca visto. "Importa más el pelo de Sergio Ramos que mi récord del mundo", dijo la gran Mireia lamentándose de que no se reconozca el sacrificio y las carencias que hay detrás de una medalla en natación. El Consejo Superior de Deportes reconoce que, ante las mismas oportunidades, las mujeres no sólo han igualado los resultados, sino que los han superado porque están acostumbradas a tenerlo más difícil. Pero, poco a poco, se está consiguiendo que las federaciones apuesten igual por el deporte masculino y femenino y que las televisiones públicas retransmitan más eventos deportivos protagonizados por mujeres. Ya hay tantas heroínas como héroes. Mujeres como Arantxa Sánchez Vicario, Edurne Pasabán, Gemma Mengual, Marta Domínguez, Teresa Perales o María de Villota han ayudado a que el referente de las niñas ya no sea solamente la danza, sino también el deporte.