Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

Ascético sentir

EN a víspera de la Escolástica, pórtico cuaresmal, podemos decir por muchas circunstancias, que estamos a punto de doblar una página en la pequeña historia de las cosas en el tiempo y espacio, que tan bien nos describiría Stephen Hawking en la Brevísima historia del tiempo entre protones y electrones, átomos y partículas. Dentro de unos días, todo será igual, pero todo habrá cambiado un poco. Mujeres y hombres nuevos, con ideas nuevas, ocuparán los más importantes cargos de las ciudades, con nuevas doctrinas, nuevos programas, y nuevas actitudes que coadyuvaran al gobierno de la ciudad, y todos y todas tendremos derechos a esperar el futuro inmediato con una expectante ilusión y esperanza. Y este acto de expectación será el surgir una nueva oportunidad histórica para la ciudad, y seguro que no será defraudada. Pero esto mismo es lo que quisiera expresar en estas breves líneas; que para que la esperanza no naufrague en la luminosidad del mar mediterráneo, la ilusión no se marchite ante el Sol de Villalán, -Portocarrero-, la necesaria renovación y el necesario progreso deben respetar ciertas cuestiones que son permanentes, inmutables y eternas. Tradición y cambio, renovación y progreso, no deben ser términos antiéticos, ni antiestéticos, ni contradictorios, sino complementarios y concordantes.

Unos, desde el Misterio sencillo e imponente de la pasión, fe en la misión redentora, otros, desde distinto posicionamiento ideológico o de creencias, desde vuestro esfuerzo, desde nuestra comprensión, nuestra tolerancia, nuestra honestidad y vuestro tesón y alma, nuestras tradiciones y vuestra religiosidad popular no constituyen ninguna postura inmovilista, nuestras celebraciones no son conmemoraciones desfasadas.

Por ello, aunque puedan cambiar las circunstancias sociales, económicas, jurídicas, y políticas, incluso las propias celebraciones de la piedad popular, siempre será necesario que en nuestro corazón y en nuestro ánimo, exista un mayor y más auténtico sentido de la libertad para promover, precisamente, el apoyo y el respeto a lo que es parte consustancial de la esencia en la historia de los 102 municipios y 2 Entidades Locales Menores de la provincia de Almería que serán un mismo espíritu, una sinfonía de amor y aromas, una realidad entrañable e irrenunciable de una parte de la ciudadanía como testimonios permanentes de una vivencia solidaria de la fe y la caridad.

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