Rafael Leopoldo Aguilera

Descanse en paz señor alcalde

HE recibido con consternación profunda el fallecimiento del que fue Alcalde - Presidente del Ayuntamiento de Almería, Santiago Martínez Cabrejas, que descanse en la divina paz inmortal del alma, rogando una oración fúnebre por su eterno descanso. "Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis". Coincidí con el difunto Alcalde en su última legislatura municipal, en la cual, a su vez, ostentaba la condición de Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, y solo puedo decir, que fue un excelente hombre en la comunicación permanente institucional por solventar o coadyuvar en todo tipo de cuestiones relacionadas con el ámbito de la religiosidad popular de la capital almeriense. Aunque han pasado casi doce años de este periodo de colaboración estrecha, en la que colaboramos con gratitud mutua en la realización de tres importantes proyectos diocesanos en la capital almeriense, organizados por el Obispo Rosendo Álvarez Gastón, el Sínodo Diocesano, el Congreso Mariano y el Congreso Eucarístico, facilitándonos todos los medios a su alcance para que se llevasen a puro y debido efecto.

Igualmente, el Alcalde Santiago Martínez Cabrejas siempre nos facilitó la autonomía y autogestión en cuestiones relacionadas con las tareas del Secretariado Diocesano de HH. y CC. y la propia Agrupación de HH. y CC, muy especialmente en la forma de organizar la carrera oficial de la Semana Santa y el impulso de la Semana Santa como Fiesta de Interés turístico - cultural de Andalucía a través de la Concejalía de Participación Ciudadana. Todavía recuerdo, dos hechos de la primera de sus legislaturas, que quiero reflejar en sentido de curiosidad cofrade por el momento histórico por el cual estábamos atravesando del final de la Transición política, que también afectó a las Cofradías, y que por supuesto nada tiene que ver con la última legislatura de principios de los años dos mil, ya que como primer Alcalde de la democracia, durante la organización del pregón de la Semana Santa de 1980, pronunciado por el escritor y poeta José Asenjo Sedano, era su segundo pregón, el obispo Casares Hervás se negaba a asistir al mismo sí iba el Alcalde socialista al mismo, eso se resolvió providencialmente, con la asistencia del Teniente Alcalde Laudelino Gil y Roque López, quienes también tuvieron su gestión pública un loable y plausible eco en la piedad popular almeriense.

Otro hecho, que sí tuvo trascendencia en medios de comunicación social, entrados en los ochenta, Monseñor Casares Hervás abandona la procesión del Santo Sepulcro antes de finalizar la misma sin despedirse de nadie, y era entendible, ya que el Obispo sufría una enfermedad que le mermaba su capacidad física y, por otro lado, también se "molestó o irritó fraternalmente" por la tardanza cansina en el andar procesional de la Procesión Oficial de la Semana Santa, lo que supuso que, igualmente, por compañerismo fraterno e institucional, el Alcalde Santiago Martínez Cabrejas, no se sí emulando al Prelado, hizo lo mismo con los concejales de la Corporación que le acompañaban, y se ausentaron antes de que finalizará el cortejo procesional. Eran momentos muy difíciles y complejos para la piedad popular, pero que la siempre buena intervención de D. Santiago Martínez Cabrejas en esos años y en su última legislatura, permitió hoy llegar a donde hemos llegado en el fomento y divulgación de nuestra religiosidad popular a pie de calle, en clara observancia de sinergias entre la institución municipal y la corporación agrupacionista cofrade, en la búsqueda constante de poder estrechar y acrecentar líneas de colaboración y cooperación con los gestores públicos en aras a los intereses sociales que las Cofradías realizan en la sociedad civil.

La Agrupación de Hermandades y Cofradías en Julio de 1999, en el Club de Mar de Almería, en presencia del Director del Secretariado de HH. y CC y Consiliario de la Agrupación de HH. y CC, Muy Ilustre Juan López Martín, le hizo entrega en forma de metopa, del Escudo de Oro de la Corporación cofrade agrupacionista, en virtud de los méritos humanísticos y circunstancias institucionales, que como Alcalde de todos los almerienses reunía D. Santiago Martínez Cabrejas. Un hombre bueno, humilde y honrado. Descanse en la Paz y en el Bien del Señor de la Vida y la Esperanza.

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