LOS partidos del Barcelona de la era Guardiola son para guardarlos en la videoteca para toda la vida. En el fútbol profesional, y más en esos equipos, la técnica se presupone sin ninguna duda. Pero lo de ese Barça estaba un peldaño por encima, unido a una manera de entender la táctica -a nivel ofensivo y defensivo- para otro tipo de cerebros. Sin embargo, todo hay que decirlo: a veces, aburría. El control absoluto del partido superaba los límites en ocasiones, con ese juego tan horizontal y lento. Es cierto que el objetivo final era hipnotizar al rival para que el Messi de turno le metiese un mordisco mortal cual serpiente asesina. Pero el procedimiento de adormecer a la víctima, en algunos encuentros, no era demasiado vistoso.
Para Sergi también es importante el cómo del juego. Y el técnico del Almería es, salvando las distancias, de similar escuela a Guardiola. De ahí que, una vez olvidada la penosa temporada pasada, temiese minutos de aburrimiento esta campaña en el Mediterráneo. Pero fue dar inicio el nuevo curso y los unionistas sacaron su versión más veloz, demostrando que es compatible el juego horizontal y el vertical. Aunque el entrenador catalán no quiera un fútbol directo, los aficionados almerienses podrán divertirse esta temporada.
Para esto es clave futbolistas como Iago o Quique. Me sorprendieron ambos anteayer. Acostumbra la Vega de Acá a ver a extremos vistosos. Ortiz, Crusat, el Piatti de banda, Aleix Vidal -impresionante la evolución del catalán- o Wellington Silva -a pesar de su tendencia a irse al suelo y no defender- dieron tardes de gloria.
Quique o Iago son jugadores diferentes a los anteriores, pero ya demostraron ante el Leganés que tienen la celeridad suficiente para Segunda y la velocidad requerida para que el Mediterráneo disfrute. Y eso que detrás esperan otros como Iván Sánchez...
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