girona fc | ud almería el acta de vivancos

Ramón Gómez Vivancos-García / ramón Gómez Vivancos-García

La semilla que debe germinar

Los rivales parecen conjuntos de Champions, ordenados, con calidad en la medular y criterio para atacar El Almería necesita un cambio total, como si le diéramos la vuelta a un calcetín

EN la vida hay que extraer lo positivo de cada situación, por mala que ésta sea. El hecho de no caer derrotados, sumando por primera vez como visitantes, puede convertirse en un prometedor punto de partida tras tocar fondo ante el Tenerife. Pero quien solo pretenda contabilizar lo más destacado del choque en pos de despegar, obviando las grandes lagunas que ha demostrado el equipo capitaneado por Miguel Rivera, se equivoca por completo. Hay algo que llama la atención jornada tras jornada: los rivales parecen conjuntos de Champions, ordenados, con calidad en su centro del campo y criterio a la hora de atacar. ¿A qué puede ser debido? ¿A que el nivel de la Segunda División es elevado en la presente campaña, o a que la UDA concede todo tipo de facilidades? El resultado del Albacete en esta misma jornada nos puede dar una pequeña pista. Aquel equipo que nos pasó por encima provisto de calidad, sucumbió en su estadio por goleada. El Girona, que todavía no pudo vencer en su estadio, no lo hizo ayer por muy poco, porque a fuerza de ser sinceros, a los puntos lo mereció. Desde mi punto de vista, el equipo que nos concierne, el que se libró de ser farolillo rojo durante toda esta semana con la carga psicológica que hubiese conllevado, necesita un cambio total, como si le diéramos la vuelta a un calcetín. A la hora de atacar se cambian los roles. Son los defensas los que más pases intentan dar y los que mayor tiempo de posesión disfrutan, dato este muy preocupante. Me recuerda al dream team de Cruyff, cuando los contrarios dejaban llevar el peso del ataque a Sergi y Ferrer. Sabían que el plano ofensivo del poderoso Barça quedaba minimizado. A pequeña escala, nos ocurre algo similar. Además, el esquema que Rivera dispuso en la parcela central, así como su distribución, posibilitó que un adversario más de esta humilde competición pareciera la selección de Brasil del 70. Una pena, porque a los delanteros se les intuye cierto talento. Chuli nos dice algo cada vez que recibe un esférico, aunque sea en malas condiciones, y a Quique no se le puede pedir más. Estuvo colosal en Montilivi. Robó balones, ayudó a los centrocampistas y encaró en ataque. Con este proceder en el plano ofensivo, y con Reyes, Pozo e Iván Sánchez inexplicablemente en el banquillo, el ataque rojiblanco se vuelve más tierno que un osito de peluche. Lo peor es que a la hora de defender, desde donde los conjuntos suelen adquirir la confianza, tampoco se vislumbra orden ni concierto; tan solo se estuvo a expensas de la zaga, que ayer sí anduvo más expeditiva. Duele decirlo, pero el experimento de Rivera con Puertas y José Ángel casi nos cuesta el farolillo rojo. Ambos excanteranos están para complementar, no para liderar junto a un insulso Montoro. Creo que urge encontrar un técnico que pueda estructurar a este conjunto y, sobre todo, lograr que cada jugador muestre sus virtudes y esconda sus defectos. Ahí está la clave del triunfo. En cualquier caso, vamos a pensar que se ha sembrado una semilla que, allá por junio, debería germinar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios