Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

Por España, siempre por España

HOY, día 9 de noviembre, cuando este artículo haya aparecido en los albores calurosos de este lunes en este diario de comunicación social y lo estén leyendo, podrán percibir sentimientos contrariados ante lo expresado, ya que, a buen seguro, se estará llevando o se habrá llevado a puro y debido efecto, la secesión de Cataluña del Estado español, la cual estará o habrá sido aprobado contra legem por mayoría de Sus Señorías en el Parlamento de la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Ante este hecho fehaciente, notorio y público, debe de adoptarse el único remedio facultativo a nivel político, como es la aplicación por la Diputación Permanente del Senado del artículo 155 en concordancia con el artículo 116 de la Constitución española de 1978, al haberse vulnerado el ordenamiento jurídico, al no cumplir la Comunidad Autónoma de Cataluña con las obligaciones que la Constitución establece y el Tribunal Constitucional ha venido en confirmar, tras sucesivas resoluciones judiciales, por actuar gravemente en contra de los intereses generales de los españoles.

El Gobierno, iuris et de iure, ante este "Estado de alarma, excepción o sitio", tiene la última y definitiva palabra política, como la tuvo el Gobierno de la II República en octubre de 1934, de adoptar las medidas necesarias para que Sus Señorías cumplan con sus obligaciones constitucionales antes de que adopten en el hemiciclo del inorgánico y diferido poder legislativo de la Comunidad Autónoma catalana, cualquier decisión política de Alta traición sediciosa al Estado español, o, en caso contrario, el Gobierno dicte cuantas instrucciones coercitivas sean necesarias, oportunas, idóneas y ponderadas a todas las autoridades civiles y militares para evitar una situación de rebelión, desacato y desobediencia civil.

Esta situación de cansina invertebración plurinacional con incluido golpe de Estado frente a la indisoluble unidad de la Nación española u otras que puedan darse en un futuro mediato frente a la Patria, hay que atajarlas con las medidas políticas que sean necesarias. No se puede sobrevivir con esta incertidumbre política, día sí, día también. Esto hace mella en la mejora de la sociología económica nacional con clara repercusión en la creación de empresas y en la empleabilidad, y no podemos estar poniendo en peligro constante el pan de nuestros hijos y nietos, de nuestros padres y abuelos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios