Paso a paso

Rafael Leopoldo Aguilera

Ex JEME, partisano

SI hay algo estúpido que ha inventado el hombre, es la guerra, los conflictos bélicos, el terrorismo, la violencia, esas guerras que matan a hombres, mujeres y niños indefensos. Cuántos no pueden contener las lágrimas cada día cuando vemos y escuchamos las noticias de esos loables y plausibles periodistas valientes, que nos transmiten desde los lugares del hecho causante la dramática realidad, en muchas ocasiones siendo asesinados vilmente por los frentes en combate. ¿Acaso el mundo no merece de una puñetera vez la paz? Una persona que ha alcanzado, iure et de iure, la máxima magistratura en el escalafón de nuestras amadas Fuerzas Armadas españolas, general de generales, merece todo nuestro testimonio de gratitud, a mayor abundamiento, cuando la carrera militar, se caracteriza por la continua adquisición y actualización de conocimientos científicos y humanísticos de las situaciones geopolíticas y socio culturales.

En un mundo globalizado y glocalizado, en un país como el nuestro, complejo para estabilizar un proyecto de comunidad nacional debido a los altos índices de beligerancia dialéctica contradictoria, no tiene sentido fraternal cuestionar en esta época de desencanto espiritual y grandes tribulaciones, que un ciudadano cualificado, se dedique al servicio de los vecinos a través de la tan denostada política, ante los reiterados incumplimientos programáticos -AVE, materno infantil, barrios pobres, la agricultura, el mármol, el turismo…- y alto grado de corrupción.

Un hombre de rostro ennoblecido, durante 40 años ha servido a la Patria con una Hoja de Servicios, cum laude sobresaliente, se dedique a la política tras su pase a la situación de jubilación por edad, es laudable, a pesar de que sus ideales pueden parecer y ser contradictorios con su situación anterior, pero que en su pensamiento estará el servir a España y Almería, tal y como lo ha hecho hasta ahora, desde otro angular.

El secular chismorreo mediático de tachar de herejes, a quienes más han contribuido al desarrollo de este país. El ex JEME debería de seguir recibiendo, a nivel emérito institucional y a pie de calle, el respeto y consideración por lo que ha representado, y no ser ignominiosamente descalificado con cierta sorna humillante y satírica la decisión personalísima en defensa de unos libres pensamientos, a pesar de las dificultades pragmáticas que tendrá, en su caso - las urnas y las políticas activas-, la implementación de las mismas.

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