SI ayer se hubiese podido parar el partido en la segunda mitad mediante un tiempo muerto, tal y como se hace en el baloncesto, habría habido alguna posibilidad de evitar la avalancha de juego con la que el Málaga destrozó al Almería tras el descanso. No obstante, Hugo Sánchez disponía de ciertos recursos para haber intentado taponar la herida de su equipo. Como el propio técnico mexicano manifestó en rueda de prensa, faltó carácter en esos fatídicos momentos de presión local. Por lo cual, como hace una semana, vuelvo a reivindicar la presencia de Juanito en el once inicial, sobre todo en aquellos instantes en los que el rumbo que tomó el encuentro requería su obligada presencia en el centro del campo. Además, con la motivación extra de enfrentarse a su ex equipo. Sin embargo, el jugador ve como hasta ahora Hugo Sánchez confía en Soriano, que ya sólo está para algunos minutos, y la semana pasada el malagueño descargó su ira donde no debe, en concreto contra la grabadora del mismo medio que pide su titularidad. Ver para creer. Tan importante es saber plantear un encuentro, como reaccionar frente a un contratiempo. Nuestro entrenador hizo lo primero muy bien, y lo segundo muy mal. La entrada de Corona no fue suficiente por la ausencia del referido complemento físico, y la de Piatti por un Crusat muy enchufado al partido no aportó nada, sino que incluso empeoró la situación. Los fallos continuos de Bruno, que en los dos últimos choques han despertado al rival, no deberían caer en saco roto. Y es que seguro que más de un intocable podría abandonar la titularidad el próximo domingo, como dejó claro Hugo Sánchez al término del encuentro.