GRADERÍO

Ramón Gómez-Vivancos García

Demasiado respeto ante un rival mediocre

EN el descanso me preguntaba cuál iba a ser la compensación que el bulto sospechoso de turno le tenía preparada al Almería. Y es que José María García acuñó acertadamente esa expresión para definir a los pésimos árbitros. No hay duda de que Rodríguez Santiago comete un grave error al expulsar a Crusat con tarjeta roja directa, pero también el extremo almeriense, que no llega a tocar al defensa onubense, debería medir sus arriesgadas acciones, ya que pueden confundir a colegiados nefastos como el de ayer. Más tarde, como ocurriera frente al Valladolid con la expulsión de Nano, el árbitro nos concedió la correspondiente compensación, señalando un penalti más que dudoso. Lo que sí está claro es que el Almería ha tenido un mérito enorme en estos dos últimos choques, al conseguir en inferioridad numérica cuatro puntos de oro frente a rivales directos. No obstante, como indiqué la semana pasada, todo ello no puede ni debe ocultar las carencias que sigue mostrando el conjunto almeriense. A pesar de jugar buena parte del encuentro con diez, el equipo cedió demasiado terreno en la segunda mitad ante un adversario muy discreto, paupérrimo, que tendrá complicada su salvación. La consabida compensación salvó un punto y el gol average. Por cierto, Hugo Sánchez tiene alguna esperanza depositada en el video del partido para intentar recurrir la expulsión de Crusat. El Valladolid sí lo consiguió con Nano, que ayer estuvo en el banquillo. Mejor que el mexicano vaya preparando el decisivo encuentro contra el Getafe sin el extremo, porque me parece que veremos antes el soterramiento en Almería que el levantamiento de una sanción a un jugador rojiblanco.

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