Opinión

Miguel / Corpas

El agua en Almería: Hacia una gestión integral

EL Día Mundial del Agua tiene un carácter especial en una provincia como la nuestra, caracterizada históricamente por una relación complicada entre el preciado líquido, sus habitantes y su desarrollo. Ello me invita a realizar una reflexión no sobre el pasado, sino sobre el papel que el Gobierno juega para que nuestra provincia nunca pase sed.

No existe un "problema" del agua, sino una suma de diferentes cuestiones, cuyo resultado es la escasez o la suficiencia. Almería posee unas características geoclimáticas específicas, que nos llevaron a aprender a usar el agua, escasa y de difícil obtención, de la mejor forma posible.

Si a ello unimos que dos pilares económicos de la provincia, el turismo y la agricultura, son grandes consumidoras de agua y el rápido crecimiento demográfico, se dibuja con nitidez una curva de demanda hídrica ascendente.

La competencia en materia de aguas está compartida entre el Estado, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos. Para el Gobierno de España es prioritario lograr que Almería disponga de toda el agua que necesite para crecer. Y lo consigue a través del aprovechamiento de los recursos naturales y con la utilización de recursos no convencionales, como la desalación de aguas marinas y la reutilización de aguas residuales. Son, de hecho, dos sociedades estatales del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino como Acuamed y la Seiasa del Sur y del Este, las que realizan obras variadas y complementarias entre sí, dentro de la denominada "gestión integral" del agua.

El Gobierno también sabe que la demanda -con nuevos recursos y aprovechando los existentes- se debe de satisfacer de forma sostenible. El concepto de "gestión integral y sostenible" conlleva un cambio de mentalidad en el que Almería es pionera y para el que se necesita inversión. Acuamed tiene 241 millones de euros presupuestados para 2009, y la Seiasa del Sur y del Este cuenta con más de 81 que irán a parar a obras de comunidades de regantes y usuarios de toda la provincia.

Con estas previsiones presupuestarias se responde a las necesidades de comarcas como el Levante, el Poniente, el Bajo Andarax, Los Vélez, o el Campo de Tabernas, entre otras. Pero, además, hay realidades. En estos momentos, Acuamed construye cinco obras de importancia vital: la desalinizadora del Bajo Almanzora, las dos fases de conducciones que la unirán con la desaladora de Carboneras, una planta en Águilas que proporcionará agua a Pulpí, y la desalinizadora del Campo de Dalías, a las que podemos sumar las recientemente concluidas de reutilización de aguas residuales en el Campo de Dalías, (10 hectómetros cúbicos anuales para el Poniente) así como el emisario terrestre de La Ventilla. Y mencionaré brevemente, por no cansar, las actuaciones ya en marcha de la Seiasa del Sur y del Este, para regadíos de la provincia, que beneficiará a 15 municipios y cinco comunidades de regantes.

Podríamos hablar mucho sobre el agua en Almería. Pero la concisión es obligada, y quisiera acabar con una mirada al futuro, recordando que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, de 1972, considera indispensable la educación de todos en cuestiones ambientales, incluyendo el uso del agua. Todos tenemos una responsabilidad en la mejora del medio ambiente, que es otra forma de inversión y muy efectiva. Hemos llegado a un momento en el que debemos orientar nuestros actos atendiendo a sus consecuencias para el medio ambiente. Por ignorancia o indiferencia podemos dañarlo, y por el contrario, con una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y nuestros hijos mejores condiciones de vida, más agua y más bienestar. Las perspectivas son buenas, pero se necesita entusiasmo, y ganas de trabajar. Escuchemos el mensaje. Nos jugamos mucho en ello.

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