Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

Jugaron con fuego sin quemarse

Apesar de la distancia entre la tribuna y el terreno de juego, desde los primeros minutos del encuentro se pudo distinguir con total claridad la diferencia física entre los jugadores del Almería y del Numancia. En general, el aspecto del equipo soriano es el de un conjunto de segunda, y así lo demostró durante gran parte del choque. De hecho, su descenso matemático se confirmará en breve. Además, se enfrentaban uno de los mejores equipos de la liga como local, el Almería, y el peor conjunto visitante, que ya es decir, después de la temporada de los rojiblancos lejos del Mediterráneo. Con todos estos ingredientes pudimos presenciar durante gran parte del encuentro un guión previsible, aunque sinceramente esperaba algo más del Numancia. A veces parecía un partido de Copa frente a un Segunda B. De todas formas, el mérito de esta entidad es muy grande, ya que ha conseguido ascender varias veces a primera división con un presupuesto muy ajustado. Incluso llegué a pensar que podía ser el día indicado para que José Ortiz consiguiera su primer gol en primera división. Sin embargo, el fútbol se parece en muchas ocasiones a la típica película en la que todo va sobre ruedas pero al final se complica. Porque, ¿quién se podía figurar en el descanso que al final terminaríamos pidiendo la hora? En cualquier caso se cumplió el pronóstico y tan sólo hace falta una victoria para certificar la permanencia. A destacar la calidad de Iriney, que debería renovar cuanto antes. No atesora la calidad técnica ni el físico del nuevo titular de la selección brasileña, Felipe Melo, pero el Almería no debería permitirse el lujo de dejar escapar jugadores con talento para distribuir el juego.

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