Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

La ironía del destino

DESPUÉS de una tormentosa temporada a domicilio, el Almería certificó su permanencia en primera división a orillas del Mar Cantábrico, lejos, muy lejos del Mediterráneo donde en realidad se ha fraguado la continuidad en la máxima categoría. Tanto es así, que los rojiblancos llevan una puntuación de Champions como local, empatados con el Valencia y el Deportivo, siendo tan sólo superados por el estratosférico Barcelona y el Real Madrid. Sin embargo, a pesar de la victoria de ayer, las estadísticas como conjunto foráneo nos envían directamente a segunda. Pues ni una cosa ni otra, sino la permanencia, ya que aunque las matemáticas no lo certifican todavía, desde que se instauraron los 3 puntos por victoria sólo existe el precedente de un conjunto que descendió con 43 puntos. Fue el Sevilla en la temporada 96-97, si bien en aquella campaña compitieron 22 equipos en primera división. Por lo tanto, la permanencia ya es un hecho. A partir de ahora, hay que planificar el siguiente año que se prevé complicado debido a las numerosas salidas que, como anunció Alfonso García al término del encuentro de ayer, posiblemente se producirán en un mínimo de 4 y un máximo de 8. Seguro que a Hugo Sánchez le vendrán muy bien los próximos partidos con el fin de ir viendo a los no habituales, aunque ayer ya pudo comprobar lo bien que le funcionó la inédita pareja de centrales compuesta por Chico y Acasiete. También fue destacable la participación de Nieto, pese a que jugó de extremo izquierdo. Por último, buen encuentro de Juanma Ortiz, que como le ocurrió a Xavi en su momento, se asienta a base de innumerables oportunidades.

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