Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

Se cometió una imprudencia

LA verdad es que no deja de ser doloroso el final de liga del equipo de Hugo Sánchez, a pesar de que se ha conseguido el objetivo de la permanencia con solvencia. A nadie le gusta perder, pero el encuentro de anoche era especial de cara al futuro económico del club. Y no lo digo por las supuestas primas que pudieran haber llegado de Villarreal, las cuales al fin y al cabo hubieran ido a parar a los jugadores, sino por la temeridad de alinear tanto a Mané como a Negredo. Ambos jugadores, con contrato en vigor, van a dejar en breves fechas miles de euros en las arcas rojiblancas. Por lo tanto, ¿por qué se les expuso anoche a que pudieran contraer una grave lesión? Ya sé que puede parecer exagerado mi punto de vista, si bien ya se pudo apreciar lo que le ocurrió a Bruno en los últimos instantes del partido. Puede sonar fuerte, pero un club debe velar por sus intereses más sagrados, dejar romanticismos atrás e ir a lo suyo. Ya se tuvo oportunidad, hace una semana, de exprimir al máximo los homenajes y las despedidas, tal y como hizo el entrenador colchonero Abel al sustituir a Forlán. Lo cierto es que los jugadores, por muy profesionales que sean, no van a jugársela pensando en su futuro. Por fortuna, ni el máximo goleador ni el lateral izquierdo sufrieron percance alguno. Sobre el partido, creo que Diego Alves, que ha acabado la temporada en baja forma, pudo haber hecho algo más en los goles de Agüero y de Forlán. Por cierto, ¡qué importante es el partido de esta mañana en el Estadio Municipal! Tener un filial en Segunda B sería muy beneficioso para el club. Por último, un deseo personal que coincide con los intereses rojiblancos: ojalá descienda esta tarde el Betis.

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