Luz de cobre

Antonio Lao

Nuevo curso, viejos problemas, mismas promesas

INSISTIR en hablar del soterramiento de las vías del ferrocarril a su entrada a la ciudad; la alta velocidad (AVE) con Madrid, la autovía del Mediterráneo y sus añadidos -accesos al puerto y a la capital desde la A-92 o la mejora de las comunicaciones aéreas...- es ya un enorme esfuerzo para los medios de comunicación por la sensación de repetitivos y reiterativos que podemos llegar a ser. La importancia vital que tienen todos ellos para el futuro de esta tierra nos incita a insistir en la preocupación y enla necesidad de afrontarlos con la mayor celeridad, como elementos claves para el desarrollo futuro de esta provincia y, sobre todo, como generadores de riqueza y crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). En unos días conoceremos el borrador de los Presupuestos Generales del Estado,en el que se cuantifican algunos de los proyectos para Almería. Volveremos a ver como las grandes cifras del Estado reservan un apartado para esta provincia -muchas de ellas ya conocidas- que nos devolverán un atisbo de esperanza con el que mitigar la decepción que, año tras año, padecemos cuando vemos que el tiempo ha transcurrido y no percibimos los avances que se habían vaticinado. Ha pasado un año y de las obras del AVE, pese a los más de cien millones presupuestados, sólo hemos visto como las máquinas han desbrozado un pequeño tramo en Sorbas. Lo suficiente para contentar al Gobierno actual y obtener las críticas de la oposición. Hace exactamente 365 días se habló de raíles instalados. ¿Dónde están? El soterrramiento es como el Guadiana. Aparece y desaparece en la misma medida que el Ayuntamiento presiona al Gobierno o afloja la tensión. Después de la última reunión con un funcionario del Ministerio nunca más se supo. Sin compromiso político. En la autovía con Málaga hemos de ser algo más optimistas. Sólo quedan 50 kilómetros por concluir y dos años de obras. Todo un éxito que ya predijo el mismísimo Álvarez Cascos, que luego Maleni confirmó y Pepiño Blanco se ha dejado llevar. De los accesos al puerto o a la capital desde la A-92 nada de nada.

Con el agua estamos en un impás casi permanente, porque nuestros políticos insisten en que las necesidades están cubiertas. ¡Y nosotros nos lo creemos!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios