TRAS el meritorio empate de anoche en el Calderón habría que preguntarse varias cuestiones. ¿El Almería que todos deseábamos ha renacido o el rival ha estado muy mal? ¿Los contrincantes terminan contagiándose del juego de los nuestros? ¿Realmente este equipo sabe jugar al fútbol o el adversario ha permitido que el conjunto de Hugo Sánchez se parezca al de Unai Emery? ¿Con qué filosofía afrontarán los rojiblancos el próximo partido frente al Racing? ¿Con la que el propio Hugo ha querido inculcar a sus jugadores desde el principio de la temporada? Las respuestas son verdaderamente complicadas porque el deporte rey es la antítesis de las matemáticas. No hay duda de que el Almería difícilmente disfrutará de tantas facilidades con otros rivales, pero la victoria ante el Getafe y el justo empate de ayer, podrían haber sido el bálsamo necesario para que este conjunto se suelte en esta campaña plagada de dudas. Recuerdo la visita del Málaga al Mediterráneo hace un año, en la que los de Tapia dieron una paupérrima impresión.